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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: març, 2017

Odiar és un delicte?

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Esta y no otra parece ser la beata inspiración de nuestro actual sistema político y jurídico, en el que manifestar odio hacia algún colectivo o persona identificados por su raza, sexo, ideología o etnia puede enviar directamente a la cárcel al odioso odiante (previamente etiquetado como fobo-esto o ultra-aquello). Y, desde luego, puede limitar su derecho a la libre expresión de ideas, pues está prohibido y castigado emitir cualquier tipo de opinión pública que un ayuntamiento, un gobierno, un juez o cualquier otro tipo de autoridad con vara en plaza pueda considerar, en su libérrima interpretación, que incita al odio o al menosprecio de un colectivo cualquiera. El caso del autobús y su mensaje contrario a la transexualidad es un ejemplo, pero se le pueden añadir titiriteros y humoristas de toda laya, que han osado reírse de víctimas de cualquier género. ¿Tiene el error el mismo derecho que la verdad? ¿Es que la mentira o la creencia retrograda y reaccionaria va a tener el mi

El temps. La quarta dimensió (documental).

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Pensament correcte i els límits de la tolerància.

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Propongo como santo patrono de los tuiteros y otros arácnidos venenosos de la web a Tersites, único antihéroe entre los numerosos héroes de la Ilíada . De él no cuenta Homero ninguna hazaña positiva, sólo una negativa: tras describirlo como feo, jorobado, enclenque y con todos los rasgos fisiognómicos del resentimiento, lo presenta interviniendo a contrapelo en la asamblea de los jefes aqueos para llamar ambicioso a Agamenón y recomendar de modo desabrido el regreso a casa de las tropas aqueas. Indignado contra el primer indignado legendario, Odiseo le atiza un correctivo/represivo con el cetro del ofendido Agamenón. Pero el daño ya está hecho y la unanimidad heroica (coincidían en los fines de conquista aunque no en la estrategia) queda rota. En mis lecturas juveniles del poema, pese a que mi héroe favorito siempre fue Odiseo fértil en recursos, cultivé un culpable aprecio por el impertinente Tersites. Robert Graves escribió que en el fondo también Homero compartía su crítica

De què està fet l'univers? (documental).

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Dilemes morals i tramvies.

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by Anabel Bueno Imagina un tranvía desbocado y sin frenos que se dirige hacia cinco trabajadores que están en la vía. No puedes avisarles y tampoco puedes parar el tren, pero sí puedes accionar una palanca que lo desviará hacia otra vía. Allí hay otro trabajador, pero está solo. ¿Debes apretar la palanca? Este es el dilema del tranvía, cuya primera versión presentó la filósofa Philippa Foot en un artículo de 1967 . Desde entonces se ha convertido en uno de los problemas éticos más debatidos y con más variantes. La mayor parte de la gente a la que se le plantea esta pregunta contesta que sí se debe accionar la palanca. Una de las variantes más conocidas la propuso otra filósofa, Judith Jarvis Thomson , en un artículo de 1985 . En este caso estás en un puente y ves cómo el tranvía se dirige hacia esos cinco trabajadores. Siendo como eres un experto en tranvías, en seguida te das cuenta de que solo hay una forma de detenerlo: empujando a un tipo corpulento que está a tu

Francis Fukuyama: "La majoria de la gent pensa a escala nacional".

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No es solo la economía lo que impulsa a un pueblo, ¡la identidad y la cultura también cuentan! Y es ahí donde la UE realmente no estuvo a la altura, y lo que empiezan a lamentar ahora. Existe actualmente una élite minúscula de personas que se consideran a sí mismas ciudadanos globales, y para los que la geografía y la cultura aparentemente no importan. Si esta élite cree que el resto del mundo piensa como ellos, se equivoca. Los beneficios de la globalización no se han compartido de forma equitativa, que es por lo que hay un retroceso. La mayoría de la gente, como dijimos antes, piensa a nivel nacional, si es que no lo hace a escala regional. Cambiar eso será extremadamente difícil y requerirá mucho tiempo. No existe un único remedio para lo que exige el debate ahora mismo. Desde el punto de vista económico, estamos en el camino equivocado cuando consideramos el aislacionismo o el proteccionismo. La educación es, desde luego, un factor importante, tanto la de las nuevas gene

Ideologia i democràcia (Ignacio Sánchez-Cuenca).

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Argumento: 1. Las personas tienen desacuerdos ideológicos irresolubles. 2. La democracia, aun si establece un margen amplio para la deliberación y el acuerdo, apela al voto como mecanismo para tomar decisiones colectivas ante desacuerdos irresolubles. 3. La ideología no es una mera reputación, no es un mecanismo para ahorrar costes de información. La ideología contiene valores y principios que nos permiten formarnos una idea global sobre los asuntos públicos. La ideología es una forma de organizar nuestras opiniones sobre la política. 4. La ideología no viene determinada ni por los genes ni por el interés económico. Es más bien una cuestión de carácter moral. 5. Las diferencias ideológicas proceden de nuestra distinta sensibilidad hacia las injusticias. 6. Las personas de izquierdas tiene una mayor sensibilidad hacia las injusticias que las personas de derechas y por eso desarrollan un sentimiento de superioridad moral. 7. El exceso de mo

La democràcia, un mercat que no funciona.

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Lo dijo John Adams : “Delegar el poder de la mayoría en unos pocos entre los más sabios y los más buenos”. Lo repitió Madison: “Conseguir como gobernantes a los hombres que posean mayor sabiduría para discernir y más virtud para procurar el bien público”. Y Jefferson : “Permitir que los aristócratas naturales gobernaran de manera más eficiente posible”. Los votos de ciudadanos ignorantes y sin virtud cívica escogerían a los mejores, a los sabios y santos. Y salió Trump. Si levantaran la cabeza, los fundadores se lo pensarían antes de repetir que nuestras democracias —ellos dirían Repúblicas—, difíciles de defender desde la participación y la igualdad de los ciudadanos, se justifican porque identifican a los mejores. Una idea que suena disparatada: que los que no saben puedan escoger a los que saben. Raro, pero no imposible: el mercado, en sus mejores horas, infrecuentes, funciona de esa manera. Yo, y otros como yo, incapaces de freír un huevo, al elegir restaurante pen

Democràcia i postveritat.

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Nadie ha expresado mejor el sentido de la posverdad que el caricaturista David Sipress, quien en una viñeta publicada en The New Yorker muestra a un presentador de informativos diciendo que tras el anuncio meterológico demócrata da paso al pronóstico republicano. ¡Metereología e ideología! De esta escena hilarante parece deducirse que el sentido de la posverdad está en su sinsentido. Sin embargo, las cosas quizá no sean tan sencillas. Por eso, y a la vista de su capacidad para erosionar el debate público, conviene tomarse el fenómeno en serio. Bien podemos empezar por indagar en sus causas, ensayando una genealogía de la posverdad que nos ayude a comprenderla. Antes, no obstante, conviene precisar el sentido de los términos en juego. Si el posfactualismo designa la pérdida del valor persuasivo de los hechos en el debate público, de manera que estos ya no serían determinantes para la configuración de las creencias privadas, la posverdad nos indica que la propia noción de

Política i moral.

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La política no tiene que ver con el poder, sino con la calidad moral. El optimismo moralista se puede observar en esa política de aspavientos que conduce a sustituir la actividad legislativa por altisonantes declaraciones acerca de asuntos sobre los que se carece tanto de competencia como de influencia real. La frecuencia de ese proceder es inversamente proporcional al poder efectivo. Así, la sobreactuación es muy común entre poderes locales. La afectación moralista y las bravuconadas ante el espejo salen gratis cuando nadie responde ni pide cuentas. Podemos ver a ayuntamientos proclamarse libres y soberanos, favorables a la paz mundial o antinucleares, declarar que cierto ciudadano, cuyas ideas no les parecen bien, es persona non grata o “decidir” hacer de su capa un sayo con los impuestos de la hacienda común. Por supuesto, eso nada significa, no ya porque no les corresponda, sino porque da lo mismo, porque carecen de poder real para asegurar la paz mundial, impedir que la r

Societat, imitació i evolució humana (Darwin).

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M. Wallace , en un estudio admirable, admite que, después haber adquirido parcialmente las cualidades intelectuales y morales que los distinguen de los animales inferiores, el hombre ha debido ser muy susceptible de modificar su estructura corporal por la selección natural o por otros medios, ya que sus facultades lo ponen en estado «de conservar, en armonía con un universo que cambia continuamente, un cuerpo que no cambia». El hombre tiene el gran poder de adaptar sus hábitos a nuevas condiciones de existencia. Inventa armas, herramientas y diversas estratagemas, con ayuda de las cuales se defiende y provee a su subsistencia. Cuando emigra a un clima más frío, se confecciona vestidos, construye abrigos y enciende fuego; gracias a este último medio, convierte en buenos alimentos los que de otro modo serían imposibles de digerir. Auxilia de diversas maneras a sus compañeros y prevé los acontecimientos futuros. Ya desde un período muy remoto ha debido practicar la división del tra

Big Data i justícia

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Dentro de la comunidad científica también se han identificado una serie de retos sociales, éticos y legales relacionados con la toma de decisiones de manera algorítmica, que afectan a cuestiones como la privacidad, la seguridad, la transparencia , la ambigüedad con relación a la responsabilidad, los sesgos o la discriminación. De hecho, en 2014, la Casa Blanca publicó el informe Big Data: capturando oportunidades, preservando valores, que ­subraya la discriminación potencial que pueden contener los datos e identifica ciertos riesgos con relación al uso de datos personales para tomar decisiones sobre el crédito, la salud o el empleo de las personas. Corremos el riesgo de sustituir la “tiranía de los expertos” por una “tiranía de los datos” si no somos conscientes y tomamos medidas para minimizar o eliminar las limitaciones inherentes en las decisiones basadas en datos. Para poder aprovechar adecuadamente el potencial de las decisiones basadas en datos y avanzar hacia un