El costat fosc de la ultrasocialitat humana.




Esta entrada es un comentario del libro de Peter Turchin Ultrasociety. How 10.000 years of war made humans the greatest cooperators on earth. La mayoría de los biólogos usan el término eusocialidad para referirse a los insectos sociales y ultrasocialidad (socialidad extrema) para los humanos. La vida social de termitas y hormigas, en la que algunas especies viven en colonias de millones de individuos es de una complejidad enorme. Pero los seres humanos hemos ido creando sociedades cada vez más grandes y complejas a una velocidad que no tiene parangón en otras especies. Hemos pasado de sociedades de decenas de personas a sociedades formadas por millones de personas en los últimos 10.000 años y esta transformación es la que Turchin pretende explicar en su libro.

La rapidez con la que se ha producido este cambio implica, según Turchin, que es demasiado rápida para que se deba por completo a la evolución del genoma humano. Para Turchin, esta historia es un proceso de evolución cultural. Hay que decir que Turchin es discípulo de Pete Richerson y Rob Boyd, los padres de la evolución cultural y colega de David Sloan Wilson, el padre de la selección multinivel. El libro, por lo tanto, está salpicado de críticas a Richard Dawkins cuya visión del Gen Egoísta está desfasada y es errónea, según todos estos autores.

Pero aquí es donde matizaría una cosa. Se ha criticado a Dawkins por la visión cruda y negativa  que da del ser humano y la sensibilidad moral de ciertas personas prefiere enfoques donde se hable de que el ser humano es también colaborador y no egoísta. Dejando a un lado que la existencia de genes egoístas no impide la de individuos egoístas, el problema que tiene la selección multinivel es que tampoco se libra del egoísmo. Turchin deja muy claro el lado oscuro de la selección de grupo. Lo expresa claramente cuando dice que esta gran expansión de las sociedades humanas sólo ha sido posible porque las sociedades compiten entre sí y aquellas que no tienen las instituciones adecuadas desaparecen. Las sociedades que poseen las características adecuadas destruyen a las que no las poseen.

Así que en vez de hablar del Gen Egoísta podríamos hablar del Grupo Egoísta. La idea central de este libro es que la competición entre grupos, normalmente en forma de guerra, es la que transformó la humanidad desde bandas de decenas de individuos hasta pueblos agricultores y luego a sociedades complejas social y económicamente. La guerra, según esta visión, es una destructividad creativa. Los seres humanos cooperan para competir. Los seres humanos son un animal de equipo. Cooperan, sí, pero contra alguien, contra otros equipos. Competimos como miembros de un equipo contra otros equipos y para ganar hay que suprimir la competición interna, la competición dentro del grupo. Así que esta visión de Turchin y Wilson la podríamos denominar El Grupo Egoísta o egoísmo multinivel, pero tal como lo veo lo que hace es ampliar el egoísmo y extenderlo desde los genes (Dawkins) a todos los demás niveles. Suena más a una ampliación de lo que dice Dawkins que a una refutación.

Pablo Malo, Ultrasociedad. El grupo Egosísta, Evolución y Neurociencias 09/06/2018

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