Estat, refugiats i humanitarisme tebi.



Peter Singer señala en su libro Ética práctica que la actitud más aceptada es la que considera que los países ricos no tienen ninguna obligación moral de aceptar a refugiados o inmigrantes, y que el acogimiento de algunos es muestra de generosidad y humanitarismo (enfoque ex gratia). Sin embargo, el filósofo señala que esta posición entra en contradicción con la defensa de la igualdad de los seres humanos y con la prohibición de discriminación por razón de origen nacional o raza.
Singer explica que la ortodoxia vigente en las democracias occidentales coincide con las tesis defendidas por el filósofo Michael Walzer en su obra Spheres of ]ustice. La pregunta central que trata de responder éste es: ¿tienen los países derecho a cerrar sus fronteras a los posibles inmigrantes? Su respuesta es afirmativa, porque sostiene que las fronteras posibilitan que existan comunidades diferenciadas. Walzer compara la comunidad política con un club, los individuos pueden dar buenas razones sobre por qué deberían ser seleccionados, pero nadie que se encuentre fuera tiene derecho a estar dentro. Sin embargo, Walzer considera que el Estado se parece también a las familias. Se encuentra obligado a abrir las puertas a loa familiares de los nacionales y también a “familiares” en sentido étnico. Con respecto a los refugiados, Walzer sostiene que existe un principio de ayuda mutua que nos insta a ayudar a las personas que lo necesiten. Además, aceptar a un extraño en nuestra familia es algo mucho más complicado que aceptar a un extranjero, o incluso a muchos extranjeros, en una comunidad. Un Estado con mucho territorio y recursos tiene una obligación de ayuda mutua hacia las personas necesitadas especialmente fuerte. Además, Walzer apoya el principio de asilo. De acuerdo con este principio, todo refugiado que logra alcanzar las costas de otro país puede reclamar asilo y no puede ser deportado a un país en el que puede sufrir persecución. Es interesante ver que este principio es ampliamente apoyado, mientras que la obligación de acoger refugiados que se encuentran en campamentos lejanos no lo es.
Los gobiernos democráticos occidentales actúan de una manera muy parecida a la que sugiere Walzer, es decir, con un humanitarismo tibio. Mantienen que las comunidades tienen derecho a decidir a quién acogerán; las peticiones de reunión familiar tienen prioridad, y luego las de los extranjeros pertenecientes al grupo étnico nacional (si el estado tiene una identidad étnica). Si los números son relativamente reducidos, se concede el derecho de asilo, pero en cualquier caso acogerlos se considera un ejercicio de caridad: los refugiados no pueden reivindicar que se les acoja.
Tasia Aránguez, Peter Singer: Acoger a las personas refugiadas es justicia, no humanitarismo, La galería de los perplejos 24/08/2017
https://arjai.es/2017/08/24/peter-singer-acoger-a-las-personas-refugiadas-es-justicia-no-humanitarismo/

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