Emocions vermelles i emocions blanques.
El sentimiento de vergüenza está estrechamente
vinculado a los orígenes del sentido moral. (110)
Bernard Williams ha distinguido entre emociones
«rojas» y las emociones «blancas». Las primeras hacen enrojecer a la persona
que se ve a sí misma desde los ojos de los demás. En las segundas, por el
contrario, uno se mira desde “el ojo interior” que es la conciencia. Cuanto más
homogéneos son los criterios sociales o morales sobre la buena educación o el
comportamiento correcto, cuanto más cerrada esté la comunidad sobre sí misma y
en torno a sus creencias, más sentirá el individuo el oprobio de la vergüenza
al mínimo desvío. Por el contrario, una sociedad relajad u abierta en sus
costumbres, indiferente a las distintas formas de aparecer y de hacer de
quienes la componen, contribuirá a que el sentimiento de vergüenza se
desvanezca e incluso acabe por desaparecer. (111-112)
Victoria
Camps, El gobierno de las emociones, Herder Barcelona 2011
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