Jorge Riechmann: "en la nostra societat hi ha massa servitud voluntària".
Jorge Riechmann |
Hemos de situar
la "salida de la crisis" que se puso en marcha a partir de 2009
--tras la conmoción de Wall Street y el mundo financiero en 2008-- en un
contexto histórico más amplio. Desde 1980 aproximadamente, una nueva forma de
capitalismo --neoliberal, globalizado y financiarizado-- no ha dejado de
avanzar, y ahora está tratando de realizar su "programa máximo" en
Europa. La destrucción de los servicios públicos es una parte fundamental de
ese programa. Degradar la educación pública, para privatizar partes importantes
del sistema educativo, es una política que no debería tolerar una sociedad
decente.
Las
instituciones humanas son mejorables por definición, en un proceso sin término.
No podemos vivir sin instituciones, pero una vez las construimos tienen a
convertir su propia pervivencia en objetivo primordial, en vez de servir a los
fines para los cuales las creamos. Esta dinámica perversa de "conversión
de los medios en fines" la observamos también en la universidad, donde
muchas cosas son mejorables. Pero el RDL 14/ 2012 no aborda ninguno de esos
problemas, simplemente va a expulsar de la universidad a lxs estudiantes con
menos recursos económicos y a degradar de varias formas la calidad de la
enseñanza. La enseñanza gratuita y de calidad debe en mi opinión ser pública
--pero con mejores mecanismos de control democrático y participación social. El
llamado "Estado de Bienestar" (mejor: Estado social y democrático) se
echa a perder cuando se burocratiza, y la única respuesta frente a eso es
control democrático y participación desde abajo.
Los medios de
comunicación --Medios de Formación de Masas los suele llamar Agustín García Calvo-- hacen en efecto
mucho daño: simplificando un poco, se diría que en ellos está sobrerrepresentada
la opinión de extrema derecha y de derecha, y la izquierda apenas puede asomar
la cabeza de vez en cuando (la triste desaparición de PÚBLICO como diario de
papel constituye una buena ilustración de ese fenómeno). Sin embargo, no
podemos dejar de mirar también hacia nuestro interior: en nuestra sociedad hay
demasiada servidumbre voluntaria, demasiada aceptación de lo dado, demasiada
complacencia en el "panem et circenses" (espectáculo a todos los
niveles, comenzando por el fútbol), demasiada sumisión interiorizada, demasiado
poca autoexigencia... Vivimos tiempos excepcionales, deberíamos cobrar
conciencia de ello y tratar de que nuestras respuestas se hallasen "a la
altura de las circunstancias".
Jorge Riechmann, Extracto charla con los lectores,
Público, 22/05/2012
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