Les conseqüències de l'abolició de la Llei Glass-Steagall.
Glass i Steagall |
Por otra parte, en 1945 preocupaba mucho en Europa y Norteamérica el posible
papel que iba a desempeñar la Unión Soviética. Los comunistas occidentales y sus
compañeros de viaje creían en las afirmaciones soviéticas oficiales de
que estaban desarrollando una sociedad “sin clases”, que ofrecía más
oportunidades educativas y económicas al conjunto de la población que cualquiera
de las sociedades de Occidente, democráticas en lo político pero capitalistas en
lo económico. Muchos no comunistas estaban muy agradecidos por la contribución
soviética a la derrota de los nazis, pero el Telón de Acero y la estricta
censura de las publicaciones en todos los países gobernados por comunistas
impedía que los occidentales supieran de verdad cómo era la vida en la Rusia
soviética y sus satélites del este de Europa.
Hasta 1980, aproximadamente, los ciudadanos corrientes de Europa occidental y
Norteamérica podían sentir un optimismo razonable sobre su nivel de vida, su
sanidad y la educación básica y las perspectivas de trabajo de sus hijos. Sin
embargo, en las tres décadas siguientes, el fenómeno conocido como
“globalización” redujo en gran medida sus oportunidades profesionales. Las
máquinas ya estaban sustituyendo a las personas en las fábricas, y los salarios
eran más bajos en la mayor parte de Asia, África y Latinoamérica. ¿Por qué una
persona no iba a establecer su empresa en un país en el que los costes laborales
eran muy inferiores a los de Europa y Estados Unidos? Después de milenios de
guerras tribales, religiosas, étnicas y nacionalistas, empezaba a desarrollarse
la diversidad y el internacionalismo cultural. Y, al mismo tiempo, la expansión
de una economía internacional liberó a los inversores y los directivos
empresariales de tener que sentir cualquier responsabilidad personal por las
vidas de unos empleados que no eran conciudadanos suyos ni vivían cerca de
ellos.
En Estados Unidos, la globalización también hacía más fácil eludir las reglas
instauradas por el New Deal para evitar pérdidas en la banca y el
mercado de valores tan inmensas como las sufridas en la Gran Depresión de los
años treinta. La más importante de esas leyes, aprobada en 1933, era la ley
Glass-Steagall (así llamada por los congresistas que la patrocinaron). En 1933,
en Estados Unidos, los bancos podían dividirse en dos grandes categorías. Los
bancos comerciales, incluidas las sociedades de ahorros y préstamos y las
cooperativas de crédito, tenían sobre todo una actividad local. En ellos estaban
depositados los ahorros de las familias y las pequeñas y medianas empresas, y
prestaban cantidades moderadas de dinero
para atender las necesidades del negocio, hacer obras en una vivienda, cubrir
los gastos de los Gobiernos locales y servicios públicos. Los banqueros y sus
clientes se juntaban en los campos de golf y en diversas celebraciones anuales
de sus comunidades. Servían al ciudadano normal.
Los bancos de inversiones, concentrados en Wall Street, atendían a las
necesidades de las grandes empresas y los ricos que participaban en proyectos
nacionales e internacionales. A mediados del siglo XX, sus inversiones estaban
vinculadas a las de bancos extranjeros, y tenían mucho menos contacto personal
con sus colegas que los empleados de los bancos comerciales que trabajaban en el
ámbito local. Durante la segunda mitad del siglo, sus actividades se fueron
haciendo cada vez más impersonales hasta llevarse a cabo por internet, en vez
del campo de golf, con sumas mucho mayores de dinero en distintas divisas y con
los cálculos de créditos y deudas a cargo de ordenadores, en vez de
empleados.
En 1933, los banqueros y asesores de inversiones más inteligentes y
responsables eran conscientes de que las tareas de los bancos de inversiones
eran muy diferentes de las de los bancos comerciales, y los intereses de estos
últimos podían ser muy distintos de los de los primeros. Una forma de proteger a
las familias y las empresas locales de las posibles repercusiones de acuerdos
internacionales peligrosos era separar los bancos de inversiones de los
comerciales. La Ley Glass-Steagall consagró esa protección de la banca local
tradicional frente a las inversiones que podían tener alto rendimiento (si
salían bien) pero eran muy arriesgadas.
Por motivos que, francamente, me dejan perplejo, los principales asesores
económicos designados por el recién elegido presidente Obama en 2008 fueron
hombres que en 1999 trabajaron para que se aboliera la Ley Glass-Steagall. La
abolición permitió que los bancos, sin pedir la opinión a sus clientes,
incluyeran parte o todos los ahorros depositados en inversiones más arriesgadas.
La terrible crisis financiera de los años 2007-2008, que obligó a los
contribuyentes a rescatar, a su pesar, a varios grandes bancos, fue consecuencia
directa de esas operaciones arriesgadas, y fracasadas, sin haber consultado
antes a los dueños de millones de cuentas de ahorros y préstamos a negocios.
Gabriel Jackson, Un intento de comprender el dilema económico, El País, 16/05/2012http://elpais.com/elpais/2012/05/14/opinion/1336993155_569298.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_Glass-Steagall
http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_Glass-Steagall
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