Mitjans de comunicació i nova política.
Cuando me preguntan qué ha aportado el #15M no
tengo dudas. Sus grandes contribuciones no son en términos propositivos (aunque
ideas
no faltan), lo importante son las actitudes que ha obligado a modificar, las
revisiones profesionales y personales que ha activado. La prensa democrática
está comprendiendo lentamente lo
que todavía la política no ha comprendido: que ha perdido el privilegio de
la información (como la política formal de la acción política) y que, para
recuperar su función social y su legitimidad, debe volver a estar en la calle,
compartiendo emociones, informaciones y relatos.
La ciudadanía digital no son lectores. Son
protagonistas.
El viernes de aquella semana, 19 de mayo de 2011,
dos días antes de las elecciones municipales y de varias comunidades autónomas,
con las plazas ocupadas por un espontáneo y estimulante ambiente festivo y
reivindicativo, publiqué en la versión impresa del diario un artículo con el
incisivo título “Presidente,
baje a la plaza”. Zapatero no bajó. Y la política sigue así, para muchos
ciudadanos y ciudadanas, alejada e insensible. Bajar a la plaza no era una
quimera ni un desafío insalvable. Era un gesto, justo lo que se esperaba en esos
momentos. Era un despertar. Pero siguen dormidos o noqueados. Así terminaba mi
texto: “Sería imperdonable que ahora no les escuchara. En la plaza. En su
terreno, con sus reglas, con sus condiciones. No le esperan, pero vaya. No es
humillación, es humildad. Un primer gesto para empezar una conversación honesta.
Quizás no tenga recompensa, pero vale la pena. Se lo debe a ellos y a los
valores esenciales de la política”.
(...) Pero la política sigue
parapetada en sus empalizadas. Algunos, además, pensaban
que #12M15M certificaría su inanición. Y se han equivocado. Otros han
reflexionado, seriamente, sobre los límites de lo que emerge. Yo me apunto a
los retos. A construir. A transformar
la ilusión que se incuba en las redes y en las plazas, para que el egoísmo
sin límites de los causantes de tanto desorden y el cinismo de los que renuncian
a ponerle el bozal a la fiera de la avaricia financiera, no se adueñe del
espacio público, político, ni mediático. Se
trata de una carrera de fondo.
Los medios de comunicación, como todos los
modelos de negocio basados en el viejo paradigma de la escasez, están sometidos
a profundas tensiones. No es fácil pasar del modelo de negocio basado en
compradores al de lectores. Aunque, también, se abren nuevas expectativas para
el liderazgo de los medios abiertos en el flujo
permanente de información.
El camino es reconvertir los medios en entornos
multiformato y multiplataforma (algo que ya han empezado a hacer), y contemplar
el concepto de pantallas como un
todo integrado. Pero, lo fundamental, es acoger las dos grandes preguntas que
van a ser las que garanticen permanencia, fidelidad, retorno y continuidad, con
una oferta inteligente y dinámica. La primera: ¿qué más puedo hacer? La segunda:
¿qué más puedo saber? Los medios que conecten información con acción y ésta
última con conocimiento serán capaces de retener a personas (ciudadanos/as
lectores, actores y protagonistas) en la sociedad digital. Para el resto, el
abismo.
Antoni Gutiérrez- Rubí, #másquepolítica. Micropolítica, 16/05/2012
Enlaces de interés:- A new BBC social media strategy for England
- El futuro del periodismo
- The Guardian los 3 cerditos y el “periodismo abierto”
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