La filosofia i el sentiment oceànic (Pierre Hadot)


Siempre he considerado la filosofía como una transformación de la percepción del mundo. (26)

Desde muy joven, sentí muy intensamente la oposición radical que hay entre la vida cotidiana, que se vive en una semiinconsciencia en la que los automatismos y los hábitos nos guían sin que tengamos conciencia de nuestra existencia y de nuestra existencia en el mundo, entre la vida cotidiana, pues, y los estados privilegiados en los que vivimos intensamente y tenemos conciencia de nuestro ser en el mundo. Tanto Bergson como Heidegger distinguieron claramente entre estos dos niveles del yo, del yo que permanece en el nivel de lo que Heidegger llama el “uno” y aquel que se eleva al nivel de lo que llama lo “auténtico”. Desde entonces he sentido, porque no osaba decirle a nadie lo que había experimentado, que hay cosas indecibles. Lo que hubiera dicho no habría sido sino banalidad. (…) Aquello que era más esencial para nosotros no podía expresarse. (26)

El cristianismo me parecía más bien vinculado a la banalidad. Los dos mundos, el de la experiencia secreta y el de la convención social, se yuxtaponían finalmente porque, con mi corta edad, no me cuestionaba las cosas, el mundo era así, y eso es todo. (27)

Defenderé la expresión “sentimiento oceánico” empleada por Romain Rolland, y, por la misma razón, distinguiré esta experiencia de la de maravillarse ante la naturaleza, que también he experimentado. Al hablar de “sentimiento oceánico”, Romain Rolland quiso expresar un matiz muy particular, la impresión de ser una ola en un océano sin límites, de ser una parte de una realidad misteriosa. (28)

… el sentimiento oceánico, tal como yo lo experimenté, es extraño al cristianismo porque no hace intervenir ni a Dios ni a Cristo. Es algo que se sitúa en el nivel del puro sentimiento de existir. No estoy seguro de que los griegos lo conocieran. (29)

Bergson tuvo una influencia considerable en la evolución de mi pensamiento, en la medida en que toda su filosofía se centra en la experiencia de un surgimiento de la existencia, de la vida, que experimentamos en nosotros en el querer y en la duración y que vemos , en la práctica, en el impuso que produce la evolución viva. (30)


En las faldas de la Iglesia.

Pierre Hadot, La filosofía como forma de vida. Conversaciones con Jeannie Carlier y Arnold I. Davidson, Alpha Decay, Barna 2009

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