El llenguatge de la cultura postmoderna.
by Berlich |
La cultura posmoderna es la del feeling
y de la emancipación individual extensiva a todas las categorías de edad y
sexo. La educación, antes autoritaria, se ha vuelto enormemente permisiva,
atenta a los deseos de los niños y adolescentes mientras que, por todas partes,
la ola hedonista desculpabiliza el tiempo libre, anima a realizarse sin
obstáculos y a aumentar el ocio. La seducción: una lógica que sigue su camino,
que lo impregna todo y que al hacerlo, realiza una socialización suave,
tolerante, dirigida a personalizar-psicologizar al individuo.
El lenguaje se hace eco de la seducción. Desaparecidos los sordos, los
ciegos, los lisiados, surge la edad de los que oyen mal, de los no-videntes, de
los minusválidos; los viejos se han convertido en personas de la tercera o
cuarta edad, las chachas en empleadas del hogar, los proletarios en
interlocutores sociales. Los malos alumnos son niños con problemas o casos
sociales, el aborto es una interrupción voluntaria del embarazo. Incluso los
analizados son analizantes. El proceso de personalización aseptiza el
vocabulario. Como lo hace con el corazón de las ciudades, los centros
comerciales y la muerte. Todo lo que presenta una connotación de inferioridad,
de deformidad, de pasividad, de agresividad debe desaparecer en favor de un
lenguaje diáfano, neutro y objetivo, tal es el último estadio de las sociedades
individualistas. Paralelamente a las organizaciones flexibles y abiertas se
establece un lenguaje eufemístico y tranquilizante, un lifting semántico conforme al proceso de personalización centrado
en el desarrollo, el respeto y la armonización de las diferencias
-individuales: «Soy un ser humano. No doblar, romper o torcer.» La seducción
elimina las reglas disciplinarias y las últimas reminiscencias del mundo de la
sangre y de la crueldad, todo en el mismo saco (pàg. 22).
Gilles Lipovetsky, La era del
vacío, Anagrama, Barna 1986
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