moral autònoma (Kant).
(¿por qué es bueno?) Ésta fue la pregunta ante la cual se vieron los
representantes de la ilustración antropológica, por ejemplo Sócrates y Kant, y,
por su antagonismo contra la tradición, podía parecer plausible recurrir a una
justificación metafísica, es decir, a algo sobrenatural. Así lo hizo también
Kant al decir que en la facultad humana de razón hay un núcleo sobrenatural que
nos dicta cómo debemos actuar. Él no fue simplemente un metafísico, sino que
partió de la antropología, pero pensó que lo humano contenía un factor
sobrenatural del que se podía deducir una respuesta a la pregunta por el bien.
(…) Creo que es fácil darse cuenta de que, primero, una necesidad práctica
absoluta (la derivada del imperativo categórico) no tiene sentido y, segundo,
de que ello sólo se puede entender como teniendo su origen en la idea religiosa
de un mandamiento divino. (…) La pregunta no puede tener como meta algo
necesario, sino algo sólo posible, para lo que se pueden dar buenas razones. (Antropología como filosofía primera)
Se puede decir, creo, que en cuanto a la moral nos encontramos hoy en una
cierta desorientación. Aunque casi todos tenemos convicciones morales bastante
fuertes, en general no podemos decir en qué se basan. La razón de esta
desorientación es que, mientras antes, tanto en nuestra propia cultura como en
las demás culturas, la moral siempre tenía su base en la religión o en la
tradición, una tal justificación ya no nos convence. Morales anteriores tenían
su base en una autoridad que se aceptaba, la autoridad de Dios o de la
tradición o de ambos. Por consiguiente, la moral había sido heterónoma, no
autónoma, tenía su fundamento en una creencia y en la obediencia hacia Dios o
la tradición, no en un entendimiento y un querer propios. La desorientación en
que nos encontramos hoy parece tener su raíz en que por un lado una moral
heterónoma ya no nos convence y que, por el otro lado, todavía no tenemos un
entendimiento claro de una moral autónoma. La conciencia moral contemporánea
consiste en una mezcla de factores de distintas procedencias.
La situación es aún un poco más compleja. Primero, porque algunos piensan
con Nietzsche que, dado que una fundamentación religiosa ya no parece posible,
tendríamos que renunciar a toda moral. Esto sólo puede parecer posible si se
cree que las personas autónomas podrían vivir sin moral. Aquí aparece, como un
problema más, la pregunta: ¿por qué necesitamos una moral? ¿y qué, en primer lugar, entendemos por una moral? No
sólo no sabemos cómo debemos entender una moral autónoma, sino tampoco qué
debemos entender por una moral en general. (El problema de la moral autónoma)
La figura más destacada en esta cuestión (cómo entender una moral autónoma)
ha sido sin duda Kant, quien precisamente ha introducido en la filosofía moral
la idea de una moral autónoma. Para el pensamiento moral de Kant dos
convicciones han sido esenciales: primero, Kant es uno de aquellos filósofos
que creen que todos los hombres en todos los tiempos habían tenido una y la
misma conciencia moral, y en el caos de Kant esto dependía de que, segundo, él
creía que la conciencia moral está basada en lo que él llamó razón práctica
pura. Este concepto de una razón pura quedó muy oscuro y no corresponde a lo
que normalmente llamamos racionalidad. Yo creo que fue un mero constructo, y
concuerdo con Schopenhauer en pensar que la idea de una razón pura práctica en
realidad era un intento de secularizar la concepción de un mandamiento moral
religioso. Así que, en Kant, el intento de liberarse de una moral religiosa y
heterónoma había abortado a medio camino. Esto aparece también en la manera en
que Kant entiende la autonomía de la moral. Según él la razón es autónoma
porque en ella el hombre se da la ley moral a sí mismo. Pero si examinamos esto
de más cerca, significa en Kant que la razón da la ley moral al hombre, de modo
que en realidad la expresión “a sí mismo” es un fraude. No es el hombre que es
visto como autónomo, su voluntad empírica, sino la razón pura que se encuentra
contrapuesta a la voluntad empírica. Así como se decía en la religión que el
hombre es bueno cuando obedece a Dios, según Kant el hombre es bueno si obedece
a la razón pura, y si el mandamiento religioso había sido heterónomo, el
mandamiento de la razón también lo es. (…)
Lo que buscamos cuando preguntamos por una moral autónoma es una concepción
moral en que podamos decir qué es lo que yo mismo quiero. Para elucidar por qué
la concepción kantiana es insatisfactoria puedo imaginar la situación de un
niño precoz que quiere que sus padres le digan por qué se debe comportar según
las exigencias morales y por qué debe dar su consentimiento a estas exigencias.
Los padres religiosos contestarían: porque son mandamientos de Dios. Obviamente
esto sólo puede ser una justificación para el hijo, si cree en Dios. Los padres
podrían añadir, por ejemplo: “y Dios es nuestro padre en los cielos”. Si los
padres, en cambio, fueran kantianos, también se tendrían que articular, igual
que los padres religiosos, en dos proposiciones: primero; son mandamientos de
la razón y, segundo, la razón pura es el núcleo de nuestro ser (o algo por el
estilo). Pero esta segunda proposición no tendría que convencer al hijo más que
la segunda proposición en el caso de la justificación religiosa. ¿Por qué,
podría contestar, me tengo que identificar con esta razón pura?
Si se trata de una moral autónoma, los padres no tendrían que recurrir en
su conversación con el hijo a un núcleo religioso o metafísico en el ser
humano. Dirían simplemente: si lo piensas bien, verás que tú mismo quieres
vivir en una relación moral con los otros; no si te consideras como hijo de Dios ni tampoco si te identificas con la razón pura, sino sin un tal “si”: tú mismo
lo quieres. Sólo si pudiera hablar así, la autonomía de la moral quedaría
demostrada. (El problema de la moral autónoma)
(en la filosofía contemporánea) Sólo Kant tenía una teoría sobre el sentido
del deber moral, pero me parece errada. (El problema de la moral autónoma)
El concepte
d´una moral autónoma només es pot entendre com autonomia compartida. En Kant l´autonomia
és una autonomia de la raó i no de la persona i el seu voler empíric. En el que
jo proposo es tracta d´un sistema en el que tots se sotmeten a un conjunt de
regles en el que l´autonomia de cadascú queda limitada, però només per
l´autonomia igual de tota la resta. Per exemple, la idea d´una autonomia
compartida entre dos significaria que cap dels dos vol més poder que l´altre,
cap sotmet a l´altre o es sotmet a l´altre, sinó que es troben en una situació simétrica
respecte el poder i la submissió. Una societat moral es pot concebre de manera
anàloga. Cadascú renuncia a tanta autonomia com calgui per permetre que tota la
resta siguin igualment autònoms. (El
problema de la moral autónoma)
1. Tal vegada
em sembla que la idea d´una moral autònoma hauria de servir com estàndar per
avaluar la consciència moral contemporània.
2. Una moral serà autònoma si es
justifica de manera autònoma. (El
problema de la moral autónoma).
Ernst Tugendhat, Antropología en vez de metafísica, Gedisa editorial, Barna
2008
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