La teoria de la Joveneta, una forma de disseccionar el capitalisme.
Tiqqun le pone nombre y le da figura: la Jovencita. La Jovencita no
es mujer ni hombre, sino una imagen, un modelo, un ideal. Eterna juventud,
seducción ilimitada, placer indiferente, amor asegurado contra todo riesgo,
control de las apariencias, cero defectos.
Impersonal, implacable, impecable, impermeable e imposible, la Jovencita se
apodera de nuestra mirada, de nuestro deseo y de nuestro imaginario. Es una
máquina de guerra. No se deja tocar y nunca pierde.
Tiqqun dibuja el campo de batalla: nos lo hace ver. De qué modo un
bolso, un culo, una sonrisa, un perfume, unas botas o unos bíceps pueden ser
armas en una guerra. Librada entre nosotros y en el interior de cada uno. Una
guerra contra el azar y los encuentros sin garantías, la belleza y la
sensualidad singulares, el tiempo de toda duración, la violencia del abandono y
la entrega. Contra el amor verdadero.
Fragmento a fragmento, Tiqqun disecciona a la Jovencita. Sin piedad, porque
hay que conjurar su poder de fascinación. El hechizo que nos hace ver la
realidad repleta de arrugas, fracasos, peligros, grasas y ataduras. Brutalmente,
porque el objetivo es desvelar la verdad que esconde su promesa de paraíso:
vulgaridad, angustia y soledad.
Y al trasluz de la crítica, nos propone una nueva educación
sentimental.
Amador Fernández-Savater, Deseo de capitalismo, Público, 26/03/2012
http://blogs.publico.es/fueradelugar/2032/deseo-de-capitalismo
Amador Fernández-Savater, Deseo de capitalismo, Público, 26/03/2012
http://blogs.publico.es/fueradelugar/2032/deseo-de-capitalismo
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