El Leviatan té moltes excuses.
Los gobernantes democráticos, por ello, han de ser
particularmente cuidadosos a la hora de montar al monstruo y conducir su
andadura: si, en vez de domarlo, el jinete libera sus instintos, éste puede
regresar a su estado salvaje y destruir todo lo que halla a su paso. No se
equivoca Giorgio Agamben al señalar que el "estado de excepción" es el mayor
atentando a la legalidad que puede concebirse en nuestro tiempo. Al suspender o
reducir los derechos individuales -al consentir que el Leviatán se desboque-,
aduciendo excusas siempre a la mano, los ciudadanos quedan desprotegidos o, peor
aún, amenazados por ese terrible guardián que en teoría debía cuidar de ellos.
Lo peor es que este "estado de excepción" no necesita ser
declarado públicamente: basta con que el gobernante aduzca una condición de
emergencia -una amenaza inminente por parte de terroristas o narcotraficantes,
por ejemplo-, para que los distintos órganos del Estado, y en especial sus
fuerzas de seguridad, encuentren una justificación ideal a sus abusos. Así ha
ocurrido en los Estados Unidos de Bush y, tristemente, también en los de Obama:
para el primero, la amenaza islamista hizo válida la guerra preventiva y, para
el segundo, los asesinatos extrajudiciales de supuestos terroristas, incluidos
los ciudadanos de aquel país.
Jorge Volpi, La estrategia de Leviatán, El Boomeran(g), 25/03/2012
http://www.elboomeran.com/blog/12/blog-de-jorge-volpi/
http://www.elboomeran.com/blog/12/blog-de-jorge-volpi/
Comentaris