El 15-M i la seva suposada desvinculació amb Catalunya.
Un ex mandatario de un partido catalán, en resentida lucha con sus ex-correligionarios que le han privado de poder, que desde hace años encarnaba el repudio del ideario (republicano y de izquierdas) que rezan las siglas de su antigua formación, comentando las recientes movilizaciones sociales en Cataluña, saliva en un medio digital esta viscosa mucosidad: "Los españoles[...]lo mejor es que no se equivoquen en el mapa, se meen, pinchen, griten e insulten donde les corresponde, en su país".
¿En qué España sería tolerable y hasta conveniente que los españoles mearan? ¿En la España de la resistencia a la amenaza del capitalismo en su forma totalitaria o fascista, o en la España de los que sojuzgaron en primer lugar al propio pueblo español? ¿En la España de Miguel Hernandez, Lluis Companys (ministro que fue de la República), los miles de catalanes que participaron en la resistencia de Madrid y el Pabellón Republicano de la exposición de Paris...? ¿O en la España que fusilaba en Badajoz, y (en el plan de estabilización del Opus Dei) forzaba al exilio a millones de damnificados económicos? El evocado político no tiene en este caso escrúpulos de detalle, ni apunta a la acuarela. Tratándose de España, el trazo gordo le parece permitido. Sin duda no se hubiera atrevido a hablar de esta manera si no hubiera sentido que al hacerlo con motivo de un ataque al movimiento llamado de los indignados ganaba puntos a los ojos de quienes intentan privar de legitimidad a su causa por una supuesta desvinculación con Cataluña. El perro escuálido -o percibido como tal- quizás no atrae a pulgas pero si a garrapatas. Pero parece que el fracasado político se equivoca y el perro no está en absoluto...
Cuando la relación de fuerzas se muestra favorable a las causas liberadoras, la energía se despliega en la superficie misma del espacio social. Las ideas portadoras de novedad se confrontan horizontalmente, retirándose las que se revelan menos fértiles, mientras que las dialécticamente poderosas son gozosamente asumidas y erigidas de inmediato en armas. Mientras la tensión dura, tales ideas se fortalecen aún más, la inevitable puesta a prueba las depura, sus aristas se afilan y su capacidad de socavar se hace proporcional a su potencia redentora.
Cuando las plazas españolas en el pasado mes de mayo se convertían en lugares dónde se ponían de relieve las irremediables contradicciones del sistema de mercado y la inutilidad del intento socialdemócrata de regularlo, la razón humana se fertilizaba y los legitimadores de la sociedad que hace inevitable la esclavitud empezaban a sentir peligro... En el día que escribo la atmósfera de la Vía Layetana barcelonesa ha hecho con certeza olfatear ese peligro a las fuerzas sociales, políticas, mediáticas, y sobre todo económicas que, no sólo creían tener en sus manos el destino de los ciudadanos de Cataluña, sino también estar en condiciones de canalizar hacia falsas querellas la reacción de esos ciudadanos a la injusticia de tal destino.
Una Vía Layetana rebosante de personas que con muy diversas expresiones, en catalán, castellano o alternancia de ambas lenguas, proclamaban la irracionalidad, el intrínseco desorden, lo profundamente injusto, y hasta lo vejatorio del régimen económico imperante, denunciando la falacia de la resistencia meramente verbal de la clase política denominada de izquierdas, y sin permitir que la pertenencia lingüística o el posicionamiento de cada uno en relación a la identidad catalana escindiera respecto a la causa común...esto-con tal pureza de objetivos- no se había visto en Barcelona desde los tiempos de la República.
De entre la multiplicidad de carteles esgrimidos retengo el siguiente: Ells tenen els discursos...el poble te la paraula. Hueros discursos, en efecto, en el Parlament catalán o en las Cortes españolas, frente al decir verídico que caracteriza la reivindicación de dignidad y la rebeldía inherente a la misma. Decir verídico que no es reductible a la suma de los decires de los manifestantes en la Vía Layetana y quizás ni siquiera coincide con lo que cada uno se dice a sí mismo. Este domingo, tan poco futbolero y tan triste para políticos como el arriba citado, ha constituido para muchos ciudadanos de Cataluña un día efectivamente festivo.
Víctor Gómez Pin, Pozo artesano del pensamiento y subversión política, El Boomeran(g), 20/06/2011
http://www.elboomeran.com/blog-post/6/10939/victor-gomez-pin/pozo-artesiano-del-pensamiento-y-subversion-politica/
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