Les tres fonts conceptuals del pensament de Mark Fisher.
Evidentemente, la filosofía de Mark Fisher (1968-2017), integrante del CCRU y discípulo de Land, se ubica en la perspectiva aceleracionista con respecto a la tecnología. Algo que incluso es profundizado al dar cuenta de los materiales de estudio de su obra, objetos extraños para la tradición filosófica, como la ciencia ficción ciberpunk (de novelistas como William Gibson y J.G. Ballard a directores de cine como David Cronenberg y Christopher Nolan), la música electrónica (en particular, el jungle y el trip hop) o la cultura rave. Todos artefactos culturales donde la tecnología es protagonista. En este sentido, la extraordinaria tesis doctoral de Fisher presentada en 1999 y publicada bajo el título Constructos Flatline no hará sino reforzar un acercamiento a lo tecnológico que pone en crisis la división entre lo natural y lo artificial de los cuerpos.
Si la ciencia ficción clásica exploraba la exterioridad planetaria desde el desarrollo de tecnología aeroespacial, el ciberpunk de las últimas décadas del siglo XX navega hacia adentro, hacia lo raro y lo anómalo del interior de la mente y la carne en dispositivos microprostéticos. Desde este marco de ficción-teórica su hipótesis será ambiciosa: la instalación de un plano de relación inédito entre lo orgánico y lo inorgánico que denomina “materialismo gótico”. Este postulado metafísico-político de Fisher partirá de tres fuentes conceptuales: en primer lugar, la filosofía de Deleuze y Guattari (particularmente desde la ontología anarquizante y el estilo de Mil mesetas); en segundo lugar, la cibernética de Norbert Wiener (así como sus reelaboraciones desde McLuhan a Baudrillard); en tercer lugar, el desarrollo técnico del capitalismo avanzado desde una perspectiva de raíz marxista pero actualizada para los sistemas informáticos.
El postulado fundamental de Fisher es el siguiente: el capitalismo avanzado desde fines del siglo XX habría erosionado todos los estratos de referencia que permitían distinguir entre lo animado y lo inanimado, el sujeto y el objeto, la materia y el espíritu. En este sentido, Deleuze y Guattari serían, para la mirada fisheriana, los Marx y Engels del capitalismo posindustrial, en la medida en que lograron captar y describir el complejo funcionamiento del capital de la actualidad, al mismo tiempo que habrían evitado desde una modalidad inmanente y alegre, de raíz spinoziana, caer en la melancolía de la izquierda como fuga ilusoria.
Luis Diego Fernández, Tecnología e izquierda: la función de Mark Fisher, Revista Supernova agosto 2025

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