Les subestructures de la ment: Sistema 1 i Sistema 2.
La psicología social y experimental contemporánea ha ido descubriendo cuán distantes son nuestros juicios y decisiones de hecho con la norma a la que cabría esperar si nos atuviésemos y que prescribe la teoría de la decisión como base de la microeconomía estándar. (134-135)
Subestructuras de la mente: Se han llamado “sesgos” o “heurísticas” cognitivas. Tienen que ver con el hecho de que nuestras reacciones al mundo se organizan en dos modos de procesamiento: uno rápido, en el que hacemos juicios y tomamos decisiones en tiempos cortos, y en los que influyen poderosamente las subestructuras y los atajos cognitivos que consisten en la aplicación de patrones que hemos internalizado, y un modo más lento en el que sopesamos los pros y los contras, las evidencias y las contraevidencias antes de tomar una decisión. Son hechos constitutivos de cómo ha evolucionado nuestra mente. (135)
En el sistema rápido, las reacciones están prefabricadas por complejos de emociones, experiencias y patrones de acción. Sin este sistema no habríamos sobrevivido, pero su rapidez de acción hace que sea poco sensible a razones y evidencias, está básicamente orientado a preparar el cuerpo para lo que el medio exige. (135)
El cerebro está diseñado por la evolución para cumplir dos funciones que pueden ser en muchos casos contradictorias. La primera es detectar lo relevante, la segunda es minimizar el esfuerzo cognitivo. El cerebro es el órgano que consume más energía del cuerpo … (…) Pues bien, estos dos objetivos hacen que haya una continua negociación entre los dos sistemas: el S1 orientado a la eficiencia de la acción, rápido y poco costoso en esfuerzo cognitivo, el S2 orientado hacia las cualidades cognitivas: a sopesar la evidencia y a buscar conocimiento seguro. La fortaleza y ventaja adaptativa del cerebro humano está en cómo ha negociado los equilibrios de estos dos sistemas. Sin embargo, también en estas interacciones hacen del cerebro humano un sistema frágil. El S2 realiza un esfuerzo cognitivo enorme, pero este esfuerzo entra en tensión con la capacidad de autocontrol.
La evidencia es persuasiva: actividades que exigen mucho al Sistema2 requieren autocontrol, y ejercer el autocontrol es fatigoso y desagradable. A diferencia de la carga cognitiva, el agotamiento del ego supone, al menos en parte, una pérdida de motivación. Después de ejercer el autocontrol en una tarea, uno no se siente capaz de esforzarse en otra, aunque podría hacerla si no tuviera más remedio.
… el cerebro tiende a huir de las ambigüedades y dudas, generando hipótesis rápidas y disponibles; tiende a huir de los riesgos y a confirmar lo que ya se supone o teme; tiende a evitar los conflictos emocionales entre lo que se desea y lo que se sabe. La evitación de las disonancias cognitivas, de los esfuerzos de confirmación y de los riesgos, es decir, de todo lo que haga realizar esfuerzo, es una regla que se impone en la vida cotidiana independientemente de grados de educación, cultura o experiencia. Todos somos muy parecidos en el uso de estos túneles de la mente que buscan el mínimo esfuerzo. Los estereotipos, las decisiones egoístas, las peores manifestaciones de nuestras conductas están profundamente relacionadas con la estructura de la mente, de estas reglas del mínimo esfuerzo y del ahorro de la atención.
El carácter sistémico de esta constitución abre un espacio de oportunidades a la colonización de nuestra estructura psicológica por las fuerzas que constituyen el poder. De hecho, los diversos regímenes de verdad tienen que ver con cómo explotan el poder de las estereotipias y los juicios rápidos. (137-139)

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