El bombardeig moral que mai no acaba.
Continuamente nos informan de transgresiones morales en todos los lugares del globo: la policía estadounidense ha matado a una persona de color, se está cometiendo un genocidio en Gaza, nos informan de violaciones todos los días, han matado a un activista político en EEUU, están matando drusos y cristianos en Siria, católicos en Nigeria y otros países, la ultraderecha ha aumentado en Alemania y otros lugares, la lista no tiene fin. La avalancha de actos inmorales es inmanejable y ese calentamiento moral nos hace el ambiente irrespirable y nos genera una saturación y un estrés moral.
Porque no sólo es que se nos informe de unos actos inmorales sino que se nos pide un posicionamiento al respecto de cada cosa y que los condenemos y nos manifestemos de forma pública, ya sea en las redes o en la calle. Bueno, no se nos pide una posición acerca de todas las transgresiones, algunas transgresiones entran en el radar moral y se convierten en temas de opinion pública mientras que otras cosas no llegan a la opinión pública. Esto no es casual ni arbitrario y responde a intereses, desde luego. Manipulan nuestra moralidad y nuestras emociones, como la indignación moral, igual que manipulan nuestros instintos consumistas. Y cuando un tema llega a la opinion pública hay que posicionarse, porque si no te sientes interpelado eres mala persona. Tenemos que exponer nuestra moralidad al exterior. Si frente al debate sobre el genocidio en Gaza piensas que no te corresponde a ti decidirlo, que para eso hay una corte penal internacional que examinará los criterios de genocidio y tomará una decisión, pues no haces lo suficiente. Si opinas que hay unos representantes políticos que se supone que están precisamente para eso y para ocuparse de cuestiones como de si hay que vender armas a Israel, si los equipos o deportistas de cierta nacionalidad pueden participar en competiciones o no, si un país puede acudir a Eurovision, etc., no estás haciendo suficiente.
... creo que el bombardeo moral que estamos viviendo es excesivo y estéril. Hay estudios que asocian ver las noticias con un aumento de la ansiedad y el estrés y creo que el componente moral de esta sobrecarga informativa es uno de los que más nos afecta negativamente. Nos sirven una dieta de noticias y maldades terribles cuando no está nada claro que los ciudadanos de a pie podamos hacer absolutamente nada al respecto, aparte de quedarnos con el corazón encogido. Muchas de estas cuestiones de moda moral sólo sirven para consumo interno, para que hagamos una señalización de virtud a nuestro entorno y demos a conocer a los demás lo buenas personas que somos porque nos preocupan todos los problemas del mundo. Pero poco podemos hacer en el mundo real y esa sobrecarga nos puede llevar a la angustia y la parálisis.
En definitiva, creo que nos enfrentamos a un problema que en biología evolucionista se llama de desajuste (mismatch) entre el ambiente ancestral en el que se desarrolló nuestra moralidad y el ambiente moderno en el que vivimos ahora. Ese desajuste es causa muchas veces de problemas y enfermedades. Por ejemplo, tenemos una gran apetencia por grasas y dulces, lo que no fue un problema en el ambiente ancestral pero sí lo es en el ambiente moderno donde tenemos acceso a tanta comida. De la misma manera, nuestro sistema endocrino y nervioso no está pensado para situaciones de estrés crónico. En ambientes ancestrales podría perseguirte un depredador y sufrir un estrés agudo pero la cosa se resolvería en poco minutos bien en un sentido o en el otro. Pero lo que no existía en tiempos de los cazadores-recolectores era un jefe que te hacía bullying durante meses o años, un día sí y otro también, hasta generarte un cuadro depresivo. De la misma manera creo que ese desajuste entre el ambiente moral ancestral y el actual es también causa de estrés y de sufrimiento.
Pablo Malo, La saturación moral en nuestras sociedades, Pablo's Substack 24/09/2025

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