L'experiència de Déu (Byung-Chul Han)




Lo primero que constata Byung Chul Han en Sobre Dios, Pensar con Simone Weil es la crisis de la religión y del espíritu debida a causas estructurales, no puramente coyunturales, entre las que cita la pérdida del silencio, el declive de la atención y el ruido atronador de la comunicación. Pero, a pesar de la crisis, “no es Dios quien ha muerto, sino el ser humano al que Dios se revelaba”. ¿Dónde se revela Dios ahora? En la respuesta a esta pregunta se manifiesta la originalidad de la filosofía de Weil y Han. 

Dios no se revela a través de los atributos de la vieja teodicea: omnipoten-cia, omniscien-cia, omnipresen-cia, providen-cia e incluso violen-cia. ¿Dónde, entonces? En el vacío y la desnudez, siguiendo a los místicos, especialmente a Maister Eckhart y San Juan de la Cruz; en el silencio de Dios, que es más poderoso que cualquier palabra: en la atención profunda, que Simone Weil llama “la palanca del alma”, en la que tiene su origen toda capacidad creadora del ser humano; en la belleza que, citando a Platón, la filósofa considera una experiencia de Dios; en la contemplación estética tanto de la naturaleza como de una estatua griega, que “constituye por sí sola una prueba de Dios”; en el dolor, que es la matrona de lo nuevo; en la negatividad como camino de ascenso a Dios; en la atención sin distracción.

Juan José Tamayo, Byung-Chul Han: Dios no ha muerto, El País 29/12/2025


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