Contra el lliure albir (Robert M. Sapolsky)
“La biología, sobre la que no tuviste ningún control, en interacción con el entorno, sobre el que tampoco tuviste ningún control, te hizo ser tú.
No puedes decidir sobre los estímulos sensoriales de tu entorno, ni sobre tus niveles hormonales esta mañana; no puedes decidir sobre el hecho de que algo traumático te ocurriera en el pasado, ni sobre el estatus socioeconómico de tus padres, ni sobre tu entorno fetal, ni sobre tus genes, ni sobre si tus antepasados fueron agricultores o pastores.
No somos ni más ni menos que la suerte biológica y ambiental acumulada, sobre la que no tuvimos ningún control.
Si juntamos todos los resultados de las disciplinas científicas relevantes, no queda lugar para el libre albedrio.”
“Un puñado aleatorio de neuronas, perfectas desconocidas flotando en un vaso de precipitados, se convierten espontáneamente en los inicios de nuestros cerebros.
Nuestros sistemas nerviosos utilizan algunos de los mismos trucos que las proteínas individuales, las colonias de hormigas y los mohos mucilaginosos. Todo ello sin trucos de magia.
Las neuronas individuales no se convierten en causas sin causa que desafían la gravedad y ayudan a generar el libre albedrio solo porque interactúan con otras muchas neuronas.
Los sistemas emergentes no pueden hacer que los ladrillos que los construyeron dejen de ser ladrillos.”
“No somos ni más ni menos que la suma de aquello que no podemos controlar; nuestra biología, nuestros entornos, sus interacciones. Todo se funde en uno: la evolución produce genes marcados por la epigenética del entorno temprano, que produce proteínas que, facilitadas por las hormonas en un determinado contexto, trabajan en el cerebro para producirnos a nosotros. Un continuo sin fisuras que no deja grietas entre las disciplinas por donde poder deslizar algo de libre albedrio. No podemos desear con éxito no desear lo que deseamos. Por mucho que lo intentemos, no podemos obligarnos a tener más fuerza de voluntad.”
“Si no existe el libre albedrio, es una barbaridad sugerir que el castigo retributivo conlleva siquiera un hilo de bien moral.”
“Un coche que, sin tener culpa alguna, tiene frenos que no funcionan, debería ser apartado de la carretera. A un leopardo que te destrozaría por causas ajenas a su voluntad, debería prohibírsele la entrada a tu casa.”
“La gente puede aceptar que las personas malas son fruto de circunstancias terribles. La norma para los padres en la escuela es que si su hijo no se encuentra bien, debe quedarse en casa, no que si su hijo no se encontraba bien, contagió a todos los compañeros de su clase y sigue sintiéndose mal, entonces debe quedarse en su casa.”
“Tener un trastorno neuropsiquiátrico, haber nacido en una familia pobre, tener la cara o el color de piel equivocados, tener los ovarios equivocados, amar al sexo equivocado. No ser lo suficientemente inteligente, bello y exitoso, lo suficientemente extravertido y adorable. El odio, la aversión, la decepción, los desposeídos, los persuadidos de creer que merecen estar donde están por la mancha que tienen en la cara o en el cerebro. Todo envuelto en la mentira de un mundo justo. Tenemos que aprender a aceptar lo absurdo que es odiar a cualquier persona por cualquier cosa que haya hecho. En última instancia, ese odio es más triste que odiar al cielo por las tormentas, odiar a la tierra cuando tiembla, odiar a un virus porque es hábil metiéndose en las células pulmonares. Hasta aquí nos ha llevado la ciencia.”
(Robert Sapolsky, Determined 2023)
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