L´altruisme del "Pan troglodytes".
Hace pocos meses se publicó un artículo sobre el comportamiento de Pan
troglodytes, en el que Victoria Horner (Universidad de Emory, EEUU) nos
mostraba las capacidades altruistas y de empatía de los chimpancés. La pregunta
que me sugieren los experimentos de la doctora Horner es si el comportamiento de
sus chimpancés responde realmente al altruismo, en el que un individuo es capaz
de sacrificar hasta su propia vida por un congénere, o si se trata de la
constatación de una gran capacidad de cooperación. Sin restar ningún mérito a
las investigaciones de Horner, los mamíferos sociales se caracterizan
precisamente por esa capacidad de ayuda mutua, que exige un cierto quid pro
quo. Se trata de una adaptación propia de los mamíferos sociales, que
mejora su capacidad de supervivencia como especie.
En el Homo sapiens el altruismo está bien demostrado. Aunque la
ayuda interesada es lo habitual, somos capaces de morir no sólo por nuestros
hijos, sino que arriesgamos la vida por salvar la de otros. ¿Una forma más de
favorecer la continuidad de la especie, o un comportamiento nuevo y
sorprendente? Sea como fuere, los humanos actuales heredamos algún modo de
altruismo de nuestro antecesor común con los chimpancés, un rasgo que debió de
formar parte del comportamiento de todas las especies del linaje humano.
En el registro fósil de nuestros antepasados tenemos varios casos increíbles
de posible altruismo. El ejemplo más espectacular se encuentra en el yacimiento
de Dmanisi (República de Georgia). Los homínidos encontrados allí tienen una
antigüedad de 1,8 millones de años. Su capacidad craneal no superaba los 750
centímetros cúbicos, su estatura no pasaba de un metro y medio y su aspecto era
tan solo un poco más “humano” que el de la especie africana Homo
habilis. Uno de los cinco cráneos encontrados en Dmanisi está totalmente
desdentado, a tal punto que los alveolos ya se habían cerrado. Su aspecto en
vida no habría sido muy distinto al de un anciano actual sin dientes, aunque su
edad de muerte no habría superado los 50 años ¿Qué tipo de comportamiento
podemos inferir de este caso? A pesar de ser una carga para el grupo, sus
congéneres tuvieron que prestar su ayuda desinteresada a nuestro anciano de la
prehistoria. Sin ese apoyo, sus posibilidades de supervivencia habrían sido
mínimas.
Volvemos así a un viejo debate: ¿es el altruismo un rasgo exclusivamente
humano y totalmente desinteresado?, ¿es un rasgo que compartimos con todas las
especies sociales y conlleva siempre algún tipo de beneficio para quién lo
practica?, ¿hemos alcanzado un grado más en la expresión de ese rasgo? Sin duda,
una de las cuestiones más apasionantes de la conducta de nuestra especie.
José María Bermúdez de Castro, Altruismo, Público, 02/01/2012
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