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Michel Foucault |
En El
nacimiento de la biopolítica Foucault nos habla de los dos modos de limitar
la acción y contrapone a la limitación jurídica y externa constituida por los
teóricos juristas, la emergencia de una nueva forma de limitar el poder,
seguramente de rabiosa actualidad en estos días de interminable crisis mundial,
que sería la de los utilitarismos anglosajones: el descubrimiento del mercado. El
liberalismo surge desde entonces como una contraposición a la razón de Estado
en la medida en que permite articular una crítica a los actos de poder desde un
criterio estrictamente económico. (…) se refiere al poder del Estado premoderno
en el que la omnipotencia estaba alojada en la divinidad, fuera por tanto del
universo político. Como dice Foucault, el liberalismo produce la libertad
constantemente, la fabrica, y no puede ser de otro modo porque la
autoafirmación, la autonomía, el autogobierno y todas las demás categorías
típicamente asociadas a la modernidad política tienen que ver con la
“liberación” respecto del viejo Estado y de su orden. La libertad en ese
sentido es la premisa misma del nuevo orden, de la emergencia de lo moderno.
Pero esa libertad, convertida a su vez en verdadero fundamento y en
legitimación, es para el liberalismo primordialmente libertad económica en la
medida en que todas las demás derivan de ella o se subordinan a ella o la
sirven. (134-135)
Vicente Serrano, La herida de Spinoza, Anagrama, Barna 2011
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