Hem perdut la batalla.
Hemos perdido la batalla, y no es difícil barruntar las causas.
En ausencia de un objetivo de emancipación que a todos concierne, la culpa de la
miseria en acto ha de ser necesariamente imputable al otro. Cuando no se habla
de los escandalosos desequilibrios de clase (sí, de clase) en el seno de una
sociedad se enfatiza el peso de los desequilibrios entre balanzas fiscales. La
cantinela es monótona y universal: "padanos" contra meridionales, Flamencos
contra Wallones, Europa sobria trabajadora contra sur despilfarrador y
holgazán. Los PIGS se multiplican en el seno de cada país y hasta de cada
región. Todo el mundo tiene su sur, reencarnación de esos tartesos que "se
tumban panza arriba". La reacción es en ocasiones brutal. La simple percepción
del acento catalán molesta en algún lugar de esa España que retóricamente se ha
denominado plural. En la Francia víctima de los desequilibrios que
impone la delirante tiranía del capital especulativo, vuelven a oírse
peyorativas expresiones genéricas contra los alemanes, y pronto se restaurará
quizás la expresión espingouins con la que se denominaba
despectivamente a los españoles que emigraban en masa al país vecino en los
años sesenta. La idea de fraternidad en la asunción de la condición
esencialmente trágica de todos los humanos se hace figura del pasado a la par
que inevitablemente los gestores del resentimiento proliferan. Simplemente...
¡qué derrota y que tristeza!
Víctor Gómez Pin, Derrota, El Boomeran(g), 10/01/2012
http://www.elboomeran.com/blog-post/6/11716/victor-gomez-pin/derrota/
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