Allò digital és l'absolutització del número (Byung-Chul Han).
El Roto |
La palabra «digital» refiere al dedo (digitas),
que ante todo cuenta. La cultura
digital descansa en los dedos que cuentan. Historia, en cambio, es narración. Ella no cuenta. Contar es una categoría poshistórica. Ni los tweets ni las informaciones se cuentan
para dar lugar a una narración.
Tampoco la timeline (línea del
tiempo) narra ninguna historia de la vida, ninguna biografía. Es aditiva y no
narrativa. El hombre digital digita
en el sentido de que cuenta y calcula constantemente. Lo digital absolutiza el
número y el contar. También los amigos de Facebook son, ante todo, contados. La amistad, por el contrario,
es una narración. La época digital totaliza lo aditivo, el contar y lo
numerable. Incluso las inclinaciones se cuentan en forma de «me gusta». Lo
narrativo pierde importancia considerablemente. Hoy todo se hace numerable,
para poder transformarlo en el lenguaje del rendimiento y de la eficiencia.
Así, hoy deja de ser todo lo que no
puede contarse numéricamente. (De la acción al tecleo, 26)
Categorías como espíritu, acción, pensamiento o verdad pertenecen al orden
terreno. Tendrán que ser suplantadas por categorías del orden digital. En lugar
de la acción se introduce la operación. A esta no le precede ninguna
decisión en sentido enfático. La tardanza o la vacilación, que sería constitutiva
para la acción, se percibe como una perturbación operativa. Perjudica a la
eficiencia. Las operaciones son como átomos (actomes), acciones atomizadas dentro de un proceso en gran medida
automático, a las que les falta la amplitud temporal y existencial. (La ley de
la tierra, 34)
Tampoco el pensamiento en sentido enfático es una categoría de lo digital.
Pero ahora cede el puesto al cálculo. Los pasos del cálculo muestran una forma
de proceder completamente distinta de la del pensamiento. Están asegurados
contra sorpresas, rupturas o sucesos. También la verdad ofrece hoy un efecto
anacrónico ante la transparencia. Vive de la negatividad de la exclusión. Junto
con la verdad es puesta en el mismo
acto la falsedad. Una decisión produce simultáneamente lo verdadero y lo falso.
También la dicotomía de bien y mal descansa en esta estructura narrativa. Es
una narración. En contraposición a la
verdad la transparencia no es narrativa. Hace transparente, pero no aclara. En cambio, la luz es un medio narrativo. Está dirigida
y juzga. Así muestra caminos. El medio de la transparencia es la radiación sin luz. (La ley de la tierra,
34)
Byung-Chul Han, En el
enjambre, Herder, Barna 2014
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