Jacques Rancière: "En què consisteix el socialisme".
"Hay varias maneras de entender aquello que es central a
la idea socialista. En el sentido más global podemos decir que la idea
del socialismo es la de un mundo que no tiene por principio
organizador el interés privado. Como por otra parte sabemos que el
interés privado no es, como suele decirse, el interés de todo el mundo,
sino el de un pequeño grupo de individuos, esto es lo mismo que decir
que la idea del socialismo es la idea de un mundo que no está
estructurado por el principio de la búsqueda del máximo beneficio para
el capital. Lo cual desde mi punto de vista significa dos cosas.
Jacques Rancière |
Por un lado, la idea de socialismo es la idea de un mundo en el que
los bienes comunes necesarios a todo el mundo para la vida son en la
mayor medida posible propiedad de la comunidad y su régimen de uso está
en función del interés de la mayoría. Es un mundo en el que el agua,
la tierra, los medios de producción, la educación, la salud, los
transportes o las comunicaciones están al máximo nivel posible al
servicio de la mayoría. Lo cual quiere decir también -y a pesar de todo
la experiencia lo ha demostrado- que son la propiedad de la mayoría. Se
trata de un primer principio que podemos percibir, a sensu contrario,
por la manera en que desde hace veinte o treinta años todo lo que se
consideraba la propiedad de la mayoría ha venido privatizándose cada vez
más y se ha sometido a una lógica del beneficio.
La
segunda cosa que es central a la idea de socialismo sería la idea de
asociación, es decir, que aquello que es común sea gestionado en la
medida de lo posible de acuerdo con formas que sean las formas de
ejercicio de un poder de cualquiera o de un poder de la mayoría. El
socialismo define así un tejido social en el que tanto las formas de
producción industrial como toda una serie de formas económicas y formas
de vida que tienen que ver con la educación, la salud o la
comunicación, están gestionadas al mayor nivel posible bajo una forma
asociativa y democrática. En la idea de socialismo está inscrita de
alguna manera la idea de propiedad común de aquello que es necesario a
todos, y en segundo lugar la idea de un ejercicio óptimo de una
capacidad de cualquiera bajo las formas asociativas.
Podemos concebir el socialismo en términos de máximos o de mínimos,
desde una cierta visión maximalista de una sociedad sin clases y
completamente en manos de los productores, etc., a una visión
minimalista que vendría a ser un poco lo que hemos conocido hasta
ahora, el sistema que se ha dado en llamar -maliciosamente y para
destruirlo- “Estado providencia”, que de hecho quiere decir “tejido
social igualitario”, lo cual es algo bastante distinto (que los pobres
puedan ir a los mismos hospitales que los ricos, la igualdad entre las
formas de vida de cara a la educación, los transportes, los cuidados,
etc.). Aquello a lo que podemos llamar “socialismo” es ese doble
aspecto de propiedad común de aquello que concierne a la mayoría, y de
participación de la mayoría en la gestión de esa propiedad común. Es
algo que conserva su actualidad a día de hoy, cuando vemos todo eso
alejarse, un poco como el barco del que habla Winckelmann al final de
su Historia del Arte, llevándose consigo una representación amada de la comunidad. Pero es algo que todavía tiene un sentido.
Dicho esto, hay que tener en cuenta por otra parte que “socialista” es
también el nombre genérico de aquellos que bajo formas diversas no han
dejado de traicionar lo que la idea de socialismo contenía. Así que
nos hallamos en esta conjunción en la que la palabra “socialismo” puede
todavía definir un cierto pensamiento fuerte de la propiedad común y
de la capacidad común y, al mismo tiempo, definir también una
configuración política que no es otra que la de los que solo han
existido para traicionar indefinidamente el contenido de la idea de
socialismo."
Traducción: Álvaro García-Ormaechea
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