Kostas Vaxemanis: "L'objectivitat és el grau acceptable de la nostra subjectivitat".
Hoy Europa, el sur de Europa, vive su propia guerra sin misiles, sin Kalashnikov, ni M16. Ninguno de nosotros corre peligro de ser asesinado, es la verdad, pero puede morir dentro de ella. Los últimos tres años de crisis en Grecia he intentado ver quién es el enemigo, quienes quieren reducir a la pobreza a millones de personas en los lugares más hermosos del mundo. Oigo cada día argumentaciones acerca de los griegos vagos, los necios españoles, los frívolos italianos, los mafiosos chipriotas.
Estas mentiras, estas justificaciones que ponen la alfombra a todas
las cosas que preparan, las dicen y las escriben periodistas. El sur de
Europa se ahoga en la crisis al mismo tiempo que Alemania se enriquece,
porque ese sur de Europa compró armas alemanas, coches alemanes,
tecnología francesa, porque consiguió fácilmente préstamos europeos con
las ofertas de los banqueros que ahora quieren castigarla. Y ahora tiene
que elegir la forma en la que va a morir.
Vivimos una guerra económica, por una parte están los que creen que
la economía y los bancos deben delimitar la política y la vida de las
personas, y, por otro lado, están los que quieren que la vida de las
personas elija la economía. La vida de las personas no puede ser rehén
de los mercados, no pueden sobrevivir los números y morir las personas.
Europa no son los sueños de la señora Merkel, ni los rascacielos en
la City de Londres, es la cultura de los griegos, de los españoles, la
música de los italianos, la filosofía contemporánea de los alemanes y
los franceses. Europa no es el diseño de los banqueros, sino de sus
ciudadanos.
En esta guerra que está muy bien escondida detrás de promesas de una
falsa prosperidad, detrás del consumismo, detrás de la esclavitud de
los hombres a los valores establecidos, el periodista está en el medio,
como siempre. ¿Cuál es su papel? Registrar lo que ocurre, dirán muchos.
Permitidme que discrepe, el registro que hace el periodista no es para
justificar la descripción. Describes la realidad para decir la verdad.
¿Es verdad que cuando un periodista dice en España que ha caído el
índice de la bolsa la economía corre peligro? ¡En absoluto! No corre
peligro la economía, sino esta economía que en los últimos años ha
dejado de ser productiva y se ha convertido en parasitaria, la economía
especulativa. Algunos se hacen ricos especulando cuándo va a
empobrecerse España y cuándo Grecia va a empezar a comer de la basura.
El papel del periodista no es la recepción de la verdad de tales
argumentaciones, sino señalar la verdad que necesita la sociedad.
Suelo decir que no existe la objetividad en el periodismo. La
objetividad es el grado aceptable de nuestra subjetividad ¿Cuánto hay de
aceptable, de profesional y de sincero en la subjetividad que
expresamos? Cada uno tiene sus puntos de vista, su origen, su cultura.
Todo esto condiciona su postura, es hipócrita creer que el periodista
deja al margen quién es, como si se quitara una camisa, más bien tiene
que decir la verdad junto con el echo de ser quien es. No esconder
sucesos por conveniencia, no presentar como sucesos cosas que no lo son.
No creo en un periodismo que contemplamos como a una momia en un
mausoleo, creo en el periodismo que es enérgico y social. No creo en el
periodismo de la conveniencia hipócrita, sino en la conveniencia que
tiene la verdad por sí misma.
El premio que me dais hoy, como el premio que me dieron en Londres
hace 10 días, es para mí un gran honor. No me refiero sólo al
reconocimiento que me dais, sino al significado que tiene.
Hace algunas décadas, durante los años de la dictadura en Grecia, los
griegos escuchaban cadenas de radio del exterior para saber qué ocurría
en su país. En la Grecia del 2013, por desgracia, ocurre lo mismo, los
griegos supieron de mi detención y juicio a causa de la publicación de
la lista Lagarde, por los medios de comunicación extranjeros, ningún
medio de comunicación en Grecia dijo lo más mínimo, mientras que la CNN
y la BBC interrumpían la programación para informar de lo que estaba
ocurriendo. La corrupción en Grecia se asienta en una compleja red de
intereses de empresarios, políticos y periodistas. Lo ilegal se
convierte en legal a través de las leyes y los periodistas callan.
Chipre ha quebrado estos últimos días, dos bancos la han utilizado
como depósito de capitales y a continuación los han canalizado hacia
personas de su entorno con préstamos que ya no pueden pagar. Si abrís la
prensa griega y chipriota veréis diferentes teorías sobre la quiebra,
historias acerca de funcionarios públicos vagos y malos, pero no esta
verdad. En lugar de reportajes acerca del papel que han jugado los
bancos veréis enormes anuncios a toda página, carísimos, de esos mismos
bancos.
Estos tres últimos años de crisis en Grecia han llevado a las
personas al límite. La triste imagen de personas bien vestidas que comen
de la basura es diaria, al mismo tiempo que los depositarios de
millones de presunto dinero negro en bancos suizos se sienten seguros
con este gobierno. Tres años, dos ministros, tres gobiernos no han
tenido en cuenta la lista Lagarde con 2062 depositantes en un banco
suizo, han utilizado los argumentos más irrisorios para decir por qué no
lo hicieron, perdieron la lista, el CD y a continuación la copia. Me
han acusado y apresado a mí porque revelé los nombres: en realidad su
problema no eran los nombres, sino qué salía a la luz a partir de la
lista. Allí había editores, políticos, sus amigos, sus compañeros, el
doble sistema que gobierna el país.
La pregunta era si la publicaría y la decisión fue que sí, como hemos publicado en el número de la revista Hot Doc
que ahora está en los quioscos, el papel de un gran banquero en el
drama de Chipre. Sabemos bien que lo van a encubrir los políticos y el
banco central de Grecia, el intervenido: como decimos en mi país, el
cuervo no saca el ojo del cuervo, sin embargo el papel del periodista es
revelar lo que otros quieren ocultar.
El papel del periodista no es la neutralidad servil o las relaciones
públicas, es la verdad. La verdad cueste lo que cueste, sería como si
preguntáramos a Julio si iba a ir a la guerra sabiendo que existía
peligro de muerte. Julio dio su propia respuesta, esa debe ser la
respuesta del periodista. Hace seis meses, cinco personas entraron en mi
casa y la registraron. La policía no le dio importancia y lo consideró
intento de robo. Hoy tenemos las pruebas de lo que fue porque las
buscamos, ellos no buscaban objetos de valor. Después de una gran
revelación acerca de escándalos de los bancos, el mismo día en que se
publicó la revista, blogs anónimos publicaron documentos, claramente
manipulados, que me presentaban como asalariado de servicios secretos.
Durante años han intentado matar al periodismo y la revelación,
intentan matar el perfil de personas que luchan por la verdad, los
reducen, los presionan psicológicamente y algunas veces físicamente.
¿Qué hace el periodista? Tiene que hacer sencillamente su trabajo.
Tenemos que redescubrir el periodismo junto con todos los mecanismos de
la sociedad. Tenemos que huir de ser rehenes de la nada que lleva trajes
caros y comercia con las vidas como si fueran participaciones y las
uniforma. Quieren un periodismo débil que produzca informaciones tipo y
brillantes promesas. Quieren un periodismo de compadreo y frente a la
sociedad. Quieren un periodismo que sustituya el polvo de la calle por
el brillo del estudio. En nuestro equipo periodístico, queremos un
periodismo que diga la verdad, y la verdad en estos difíciles días no es
una descripción neutral, sino un apoyo de la sociedad y de los débiles.
Perdonadme pero estoy con Julio, sólo puedo estar con él, porque si
no estás preparado todavía para morir por las cosas que merecen la pena
tal vez no merece la pena vivirlas.
Gracias.
Discurso (extracte) de Kostas Vaxevanis al recibir en Córdoba el domingo 7 de abril el VII Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado, que concede el Sindicato de Periodistas Andaluces en memoria del periodista cordobés muerto en 2003 cuando cubría la guerra de Irak para El Mundo. El SPA concedió el galardón a Vaxevanis por "su lucha valiente e independiente contra la corrupción en el corazón de Europa".Traducido por Lourdes Arroyo Serrano
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