Nacionalisme exterior, nacionalisme interior.


Por lo demás, tampoco resulta indispensable ser un especialista para entender cuál es ahora mismo nuestro problema principal: tenemos una moneda común, pero no tenemos una política económica común. Algunos especialistas afirman que los causantes del problema fueron quienes crearon el euro, porque lo hicieron antes de tiempo; me parece un reproche injusto: quienes crearon el euro pensaron que la utopía europea era tan razonable y tan necesaria que la política seguiría de inmediato a la economía, la unión política a la unión monetaria. No fue así, pero la culpa no fue suya, sino nuestra, por no haber hecho lo que nos tocaba, que era unir políticamente a Europa; es decir: la culpa fue del nacionalismo. Me refiero al nacionalismo de las naciones con Estado, por supuesto; esas naciones que, como España, abominan con razón de los nacionalismos del interior, pero practican sin razón el nacionalismo con el exterior, negándose a entregar soberanía y, por tanto, a construir Europa (no hay otra forma de construir la nueva soberanía europea que destruir la vieja soberanía de los Estados). Muchos, sobre todo en los países ricos, no quieren eso. Muchos políticos, mucha gente común. Prefieren seguir solos, protegidos por las falsas seguridades de siempre, refugiados en sus ilusorias identidades colectivas, aspirando el viejo olor del establo. Pero a un alemán o a un finlandés que se preguntan por qué deben ellos ayudar a los griegos o a los españoles -que gastaron más de lo que ganaban y que además se pasan el día cantando, bailando y follando- hay que decirles lo mismo que a un catalán o a un vasco cuando se hacen la misma pregunta sobre los andaluces o los extremeños: primero, que ya les gustaría a los pobres pasarse el día cantando, bailando y follando; y segundo, que, aunque a nadie le guste apoquinar, a todos nos conviene ir a una. O dicho de otro modo: hay que decirles la verdad, y es que a favor de Europa se va a muchos sitios -unos buenos, otros malos y otros regulares-, pero contra Europa sólo se va a la catástrofe.

Javier Cercas, Contra Europa, El País, 24/12/2011
http://www.elpais.com/articulo/portada/Europa/elpepusoceps/20111225elpepspor_2/Tes?print=1

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