L´estat de receptors.


Un artículo de Arcadi Espada sobre el discurso de investidura me dio la pista: donde Zapatero habitualmente decía ciudadanos, Rajoy dice españoles. La condición de ciudadano es la afirmación de la persona como sujeto político, actor del estado democrático; la condición de español, más allá de sus efectos legales, es, como todo lo que tiene que ver con lo inefable, en este caso la patria, fundamentalmente subjetivo; nadie puede ser obligado a sentirse español. De ciudadano a español me parece que hay una gran y significativa regresión. La sociedad y el sistema político han sido seriamente dañados por la crisis. La cohesión social está en precario, con una fractura entre integrados y marginados que parece irreversible. La política se ha alejado de la ciudadanía y crecen las dudas sobre la capacidad de representación de los partidos. La corrupción es una amenaza que, si no se reacciona, se puede hacer sistémica. Todo ello requiere más que nunca la activación de la ciudadanía. Lo diré al modo de Luc Boltanski: "El momento político por excelencia es el momento en que pasamos del estado de receptores, de espectadores y de observadores al estado de actores". De momento, con la ayuda del miedo, se nos exige que sigamos como resignados receptores.

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