Plató, filòsof de la sospita.
by Juan Gatti |
Antes de llegar a los aspectos positivos, hay
que agregar que con Platón, y por primera vez,
tenemos lo que a continuación se llamará espíritu
partisano en filosofía, sostenido por esta retórica y esta puesta en escena. Antes de Platón,
e incluso después, los filósofos exponen sus opiniones.
Rara vez, como Heráclito, hacen una
observación desdeñosa sobre los demás. A partir de Platón, discuten las ideas de sus adversarios; y Aristóteles
también lo hará. Pero Platón es el
primero y quizás el último filósofo que transforma esa
discusión en un verdadero combate, y en ese sentido no
está lejos de recordar a Marx o,
mejor, es éste quien lo recuerda. Platón quiere verdaderamente polarizar a los lectores, intimarlos a elegir entre ellos y nosotros, entre los malos
y los buenos. Los malos, los que se engañan y quieren
engañar al mundo; y nosotros, que estamos en la verdad y
el bien, en la justicia. Con el riesgo, a veces, de
dejar de argumentar para simplemente ridiculizar en los casos extremos.
Pero no se limita a
eso, a estos ataques contra ellos y a esas reputaciones, como también lo
hará Aristóteles. Es asimismo el
primero –y aquí vemos una vez más la ambigüedad de la
creación– que utilizará el arma que Paul
Ricœur llama la sospecha y que, en efecto, cobró tanta importancia en los tiempos modernos con Marx, Nietzsche y Freud. No: lo que usted dice es falso
y voy a probárselo, sino: ¿por qué dice lo que dice? Y el por qué no se refiere a las razones lógicas sino a las razones subjetivas en el sentido más general: usted lo dice porque le viene bien, hace sofismas porque es un sofista, y esto no es una tautología. “Usted es un sofista” quiere decir: usted es un mercader de falsificaciones, un tendero de falacias, un kápelos, y su posición ontológica y social de sofista es la que le hace decir lo que dice. La refutación lógica se completa mediante la asignación, por decirlo de alguna manera, ontológica, social y política: usted dice lo que dice porque es un enemigo del proletariado (Marx);
usted dice lo que dice porque su neurosis lo lleva a decirlo (Freud); usted dice lo que dice porque la verdad es un veneno para los débiles y usted no puede soportarla (Nietzsche).
En Platón: usted dice lo que dice porque vive del comercio de la mentira. Y no sólo vive en el sentido de que cobra dinero por sus lecciones –aspecto sobre el cual él insiste enormemente–, sino que vive así ontológicamente. El ser del sofista es un ser que se apoya en el no- ser. Puesto que hay no-ser y existe la posibilidad de hacer pasar el no- ser por el ser y el ser por el no-ser –lo que conducirá a la célebre revisión ontológica de El Sofista y el asesinato del
padre , Parménides–, y puesto que, por lo tanto, se pueden mezclar entre sí el ser y el no-ser. Lo cual quiere decir, en cierto modo, que el ser no es y el no-ser es. Por otra parte, ese “en cierto modo” está de más. Como lo dice el mismo Platón en El Sofista: “Diez mil veces por diez mil veces el ser no es y el no-ser es”. Y dado que hay ese lazo ontológico, ustedes, los sofistas, pueden existir.
Cornelius Castoriadis, Clase del 19
de febrero de 1986. Sobre “El Político” de Platón, FCE, Buenos Aires 2001
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