Compassió contra Estat de benestar.
Es en
Estados Unidos (…) donde el término compassion
hizo irrupción inicialmente en la lengua política. Incluso el compassionate conservatism llegó a
presentarse como una doctrina política original. Si bien la expresión fue
introducida a comienzo de la década de 1980, sólo consiguió consagrarse con la
publicación, en 1996, de Renewing
American Compassion, de Marvin Olasky. George W. Bush, por entonces
gobernador de Texas, redactó un prefacio entusiasta en una obra posterior del
autor y colocó el tema en el centro de su visión política. La idea de compasión
que se vehiculizaba entonces era entendida como un verdadero “economizador de
instituciones”. Remitía a un doble proyecto de desinstitucionalización de la
cosa pública. Se inscribía, ante todo, en un esbozo de críticas conservadoras
al Estado de bienestar, que insistía en los efectos perversos de un sistema
social burocrático basado en derechos automáticos. (…) El trato directo entre
los pobres y las organizaciones caritativas, defendía la nueva doctrina, volvía
superflua la existencia de un Estado con efectos considerados
contraproducentes. En el orden político, la idea de compasión correspondía,
para Bush, a una política de afectos, en las antípodas de una política de las
ideas. Servía explícitamente para oponer una actitud conservadora pragmática,
preocupada por los hombres, a una visión ideológica y burocrática, defendida
por los liberales, según una difundida acusación. (266-267)
Pierre
Rosanvallon, La legitimidad
democrática, Paidós, Madrid 2010
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