Viu el foc de la mort de la terra ...
"Vive el fuego la muerte de la tierra; también el aire vive la muerte del fuego; el agua vive la muerte del aire, la tierra la del agua". Una persona con la que he tenido ocasión de hablar de estos asuntos metafísicos me hace llegar este fragmento de Heráclito ( en versión de Agustín García Calvo) pensador del que ha venido el último tiempo ocupándose. Fragmento al que se añade este otro más difícil quizás de interpretar: "Vueltas de fuego, lo primero mar, y de mar a su vez, la una mitad tierra y la otra mitad tormenta"
Vuelvo a la tesis dialéctica según la cual la identidad sólo es posible al precio de la diferencia, la cual a su vez supondría oposición y finalmente contradicción. Señalaba que esta concepción alcanza su cenit en la Ciencia de la Lógica de Hegel: la contradicción, verdad de toda diferencia, sería como el aceite del motor del mundo, motor identificado por Hegel a lo que el llama razón. Aplico en esta nota la idea general a la determinación misma de las especies.
El hombre es un animal bípedo, mientras que el caballo no lo es. En el seno de la animalidad las diferentes especies se distinguen precisamente por lo que Aristóteles llamaba "diferencias específicas", las cuales en la clasificación contemporánea se expresan en términos de diferencias genéticas sin que conceptualmente el asunto cambie gran cosa: el hombre tiene tal determinada mutación en el gen Fox P2, mientras que el bonobo o el macaco tienen una mutación diferente en ese mismo gen.
Ahora bien: nadie ha visto jamás el animal, lo que vemos es el animal en tal o tal especie, es decir nadie ha visto el animal sin diferencia específica. En consecuencia las polaridades del tipo mutación x versus mutación y que distinguen al hombre del bonobo (o las análogas para otros ejemplos) son inherentes a la idea misma de animalidad. Mas entonces la conversión de la diferencia en oposición y de esta última en contradicción afecta a la animalidad misma.
El género animal engloba las especies, es como el todo de las partes que serían las mismas. Mas si animal se percibiera como agotándose en el conjunto de polos de oposiciones que constituyen bípedo ycuadrúpedo, vertebrado e invertebrado etcétera; si recíprocamente, estos polos de oposiciones no fueran disociados de la animalidad (u otro concepto genérico) en la que se suprimen sus diferencias y así se pierden...; si así fuera, la escisión que para la unidad del género, supone concretizarse en especies aparecería como verdad única del género mismo: esa animalidad en la que el bonobo y el hombre coinciden, llevaría ya dentro una quiebra.
Víctor Gómez Pin, Asuntos metafísicos 91, El Boomeran(g), 31/03/2015
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