Les leccions d'Epíctet.
Epíctet |
Tres han sido las impetuosas fuerzas que han trastornado a nuestra generación: la inesperada amenaza de la pobreza, el sometimiento voluntario a la opinión ajena y la amarga sensación de haber sido despojados y derrotados.
Más notable y sanitaria será por ello la lectura de Epicteto (55-135) que nos sugiere Errata Naturae y el filósofo francés Pierre Hadot (1922-2010). Vale la pena destacar lo que hay en esta filosofía de manual de uso para una vida imperturbable y meditar un texto compuesto como ejercicio de austeridad tan deliberadamente elegida como inteligentemente celebrada.
El estoico griego nos sugiere algo que hoy adquiere una formidable actualidad: no hay más camino de dignidad que la ausencia de servidumbre. ¿Qué nos esclaviza? se pregunta el filósofo. Ante todo: vivir pendiente de la opinión de los demás. ¿Qué nos humilla? Cultivar deseos que no podemos satisfacer. ¿Qué nos derrota? El afán de gobernar las fuerzas de un destino indescifrable.
La sociedad del espectáculo y del consumo nos ha educado en una quimérica promesa: que podemos satisfacer los deseos y saciar la voluntad. Este alarde nos empuja hacia la más desagradable de las sensaciones: la insatisfacción perenne y la frustración incesante. ¿Nos hace falta aprender alguna otra lección?
Si te conformas con lo que de verdad es tuyo, dice Epicteto, "nadie podrá coaccionarte, nadie podrá obligarte a hacer nada, no harás más reproches, no formularás más acusaciones, no volverás a hacer nada contra tu voluntad, no tendrás más enemigos, nadie podrá perjudicarte y no sufrirás más perjuicios".
Ciertamente, hace falta una perspectiva filosófica, espiritual, para entender la magnanimidad de esta libertad de ánimo (y de ánima). La óptica materialista que han consolidado las tendencias del siglo -los epígonos de la civilización industrial- no concibe semejante soberanía individual . Para hacerla posible, es necesario restaurar el linaje de los hombres libres de la pesadumbre de vivir. Esos que sólo por renunciar, adquieren ya la más alta dignidad.
Basilio Baltasar, Lección de los filósofos para un futuro perfecto, El Boomeran(g), 16/03/2015
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