142: Manuel Cruz, El problema que nos concierne II







… bajo el signo de la tecnología, las acciones -si bien ya no exclusivamente las del sujeto individual- presentan un alcance causal sin precedentes y que afecta al futuro. A lo que debemos añadir unas capacidades de predicción, incompletas como siempre, pero que superan todo lo anterior. Por su parte, la irreversibilidad se ha visto acrecentada en razón de lo que Jonas ha llamado “el dinamismo acumulado de los desarrollos técnicos” (El principio de responsabilidad). Está, en fin, la evidente magnitud de los efectos remotos. (…) Autonomía, hoy, significa mucho más que la mera capacidad de valernos por nosotros mismos: equivale a sostener que ostentamos un cierto poder. Ello es precisamente lo que nos convierte de pleno derecho en responsables. Ha pasado a ser lo de menos el que esta realidad sea o no el resultado de nuestras acciones. Lo que en este momento importa es que está en nuestras manos impedir un cierto futuro, poner los medios para evitar que el deterioro acabe en catástrofe. La pregunta “quién ha sido?”, ahora lo vemos, sólo valía para los fenómenos inmediatos. Pero, para las graves amenazas que nos plantea nuestro entorno, el interrogante al que urge responder es este otro: “¿Cómo hacer para evitarlo?” (46-47)

Recuerdo haberle oído hace unos años al fallecido Manuel Sacristán, comentando la necesidad de revisar las categorías políticas convencionales, que el término “conservador” se había convertido en un término profundamente inadecuado: los conservadores de nuestros días lo único que conservan el el registro de la propiedad, señalaba con ironía. Era una forma de afirmar que la compulsión por transformar había dejado de ser progresista, de advertir que estábamos entrando en un época en la que el único horizonte que tal vez les iba a quedar a los que antaño luchaban por la emancipación sería la mera defensa de la supervivencia del género humano. Ligando esto con las cuestiones que he intentado desarrollar, se me ocurría una reformulación -quiero pensar que respetuosa- de la vieja tesis: hasta ahora los hombres se han dedicado a transformar el mundo, de lo que se trata a partir de ahora es de que se hagan cargo de él. (47-48)

Manuel Cruz, Hacerse cargo, Paidós, Barcelona 1999

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