El riure i la política.
by Manel Fondevila |
“En la mayoría de los hombres el intelecto es una máquina pesada, sombría, chirriante, que cuesta poner en marcha: cuando quieren trabajar y pensar bien con esta máquina, lo llaman ‘tomar en serio el asunto’ -¡Oh, cuán fastidioso tiene que serles el pensar bien! Tal como parece, la amada bestia hombre pierde el buen humor cada vez que piensa bien: ¡se pone ‘serio’! Y donde hay risa y alegría el pensamiento no vale nada’ -así suena el prejuicio de esta bestia seria en contra de toda ‘ciencia jovial’.-¡Pues bien! ¡Mostremos que es un prejuicio!”
Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia
La risa, esencialmente humana
A lo largo de la Historia, la risa, y su relación con la salud, la moral, la religión o la inteligencia, ha formado parte de las preocupaciones filosóficas y científicas de los pensadores más importantes de nuestro bagaje cultural. Galeno (129-199 DC) -quien fuera médico del emperador Marco Aurelio- describió, por ejemplo, centenares de dolencias y curaciones y, entre otros remedios, comprobó que no hay mejor medicina que la risa. En una ocasión, fue requerido para tratar a la mujer de un aristócrata romano, tras los reiterados fracasos de su doctor habitual que le había estado administrando hierbas para tratar un supuesto mal orgánico.
Galeno le cogió la muñeca y mientras sentía su pulso casualmente mencionó el nombre de un actor con el cual se relacionaba a la mujer en los chismorreos romanos. Al oír su nombre, inmediatamente el pulso saltó. Entonces Galeno se agachó y le susurró algo al oído que la hizo estallar en una prolongada carcajada. La risa fue el inicio de su curación y es uno de los primeros ejemplos documentados del tratamiento psiquiátrico de enfermedades psicosomáticas. La risa mejora la autoestima y la confianza; ayuda a desinhibirte y aleja el temor; libera endorfinas que son las hormonas responsables de la sensación de bienestar, oxitocina (responsable del placer sexual) y adrenalina, bajando los niveles de hipertensión y estrés; mejora las digestiones rebajando el nivel de colesterol; y, finalmente, es un masaje cardíaco natural de efectos terapéuticos.
Platón y Aristóteles también trataron la cuestión, desde posturas opuestas. El primero consideraba la risa un placer y la reconocía como un remedio medicinal pero, a la vez, afirmaba que era peligrosa porque era de locos, bufones, viles o esclavos. En general, consideraba las manifestaciones jocosas como armas subversivas, extremadamente peligrosas para el poder. En sus obras Filebo o La República escribió: “No será admitida, por tanto, ninguna obra en que aparezcan personas de calidad dominadas por la risa, y menos todavía si son dioses”. Veía la risa desatada – la carcajada- como algo inconveniente, obsceno, perturbador. Capaz de dominar, como el demonio, la mente y el cuerpo humanos.
Aristóteles, afirmaba la naturaleza radicalmente humana de la risa (“el hombre es el único animal que ríe”) y se mostraba favorable a ella, alejándose de la severidad y la prevención de Platón, cuando se produce “en su justa medida”, como resultado del ingenio, de la ironía; cuando divierte y genera simpatía tanto en la vida social (ética), en la vida política (política y retórica) o en la vida artística (poética).
Siglos más tarde, Nietzsche, en su obra Así habló Zaratustra aseguraba que “el hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa“. Nietzsche reflexiona sobre el superhombre, considerando la muerte de Dios un requisito previo a su concepción. Como hiciera antes en su libro La gaya ciencia, escribe la famosa frase: “Dios ha muerto”. De nuevo, la risa es parte de la rebelión del hombre propietario de su destino frente a lo divino que lo determina.
Umberto Eco, en El nombre de la rosa, escribe sobre ella, reconstruyendo, con gran belleza literaria, una discusión entre William de Baskerville y Jorge de Burgos, el ciego guardián de la fe y la ortodoxia del monasterio, donde se afirma que la risa es “un viento diabólico”. “Cristo nunca rió” asegura el anciano como argumento de peso, “ya que no lo dice ningún texto de los Evangelios” (aunque tampoco niega que lo hiciera). El franciscano reivindica la risa como parte de la naturaleza humana y del camino hacia la verdad. La discusión se zanja con autoridad y agresividad por parte de Jorge de Burgos cuando el debate le supera gracias a la fina ironía y la inteligencia del que -precisamente- sonríe… La risa, el humor, como apunta David de Ugarte, se dibuja en la obra de Umberto Eco como “subversiva al poder”.
La sonrisa y risa políticas
La risa es la aliada natural de la política emocional, la política del futuro. Ha sido protagonista -también- en la gira diplomática de Hillary Clinton por distintos países y en la gira europea del presidente Barack Obama que exhibe su fortaleza moral y política con la seducción de su amplia sonrisa y su sentido del humor. Es el poder inteligente, el “smart power”. El poder inteligente sonríe; no amenaza. Así se ganan las nuevas batallas. Nada que ver con los graciosos machistas, misóginos, homófobos o racistas, modelo Silvio Berlusconi. Tampoco nos referimos, esta vez, a los cómicos y los humoristas que revitalizan la percepción política con sus críticas anti-sistema o anti-política. Estamos hablando, en serio, de otra cosa.
Con el objetivo de “reiniciar” las relaciones con Moscú, Clinton centró la atención mundial al obsequiar a su homólogo ruso, Serguei Lavrov, durante su encuentro en Ginebra, con un pequeño artefacto que recordaba el botón rojo nuclear y tenía una etiqueta con la palabra reset. Lavrov le hizo notar que la traducción en ruso no era correcta, ya que la palabra utilizada -peregruzka- significa sobrecargar y no reiniciar. El buen humor y las carcajadas, recogidas por los medios de comunicación en distintas imágenes, constatan una vez más el poder y la efectividad de la risa que seduce, comunica y logra acompañar a la palabra con una mayor efectividad. Una imagen distinta que representa el auge del smart power (poder inteligente) formulado por Joseph Nye, quien sintetiza en este concepto dos ideas anteriores: el “poder duro” de la era Bush y el “poder blando” también acuñado por Nye.
Clinton, sonriente y lúdica, comunica recuperación y protagonismo político y personal dando un nuevo aire a la diplomacia encorsetada y rígida. Y se reparte, a la perfección, el nuevo liderazgo mundial con Obama, que seduce y convence con su franca sonrisa, al tiempo que proclama, unas semanas más tarde, su fe y su determinación en acabar -definitivamente- la era nuclear en la carrera armamentística. No es tampoco casual, ni trivial, ni menor que Obama concediera su primera gran entrevista, alternando la seriedad y las bromas en una inusual aparición, a “The Tonight Show with Jay Leno“, uno de los programas de televisión más vistos del país. El presidente habló sobre diversos asuntos: desde la crisis económica hasta la llegada de un perro a la Casa Blanca. Un hombre que se ríe abiertamente, incluso de él mismo podrá exigir, también, sacrificios. Su sonrisa es, en parte, reflejo de su política.
La percepción estética es una forma de conocimiento
La sonrisa es belleza natural, humana, relacional… y la belleza es -a la vez- fuente de conocimiento. Es una opinión de artistas… y de científicos. Como la del neurocientífico Semir Zeki, del University College de Londres: “Michelangelo entendió instintivamente la organización visual y emocional del cerebro humano, y sus mecanismos comunes de funcionamiento, para excitar experiencias compartidas que la palabra no puede alcanzar”. La percepción de belleza, o su ausencia, es una de las principales fuentes de conocimiento del otro. Nuestra evaluación de lo que nos interesa está íntimamente ligada a lo que nos atrae.
Un equipo de matemáticos y psicólogos de la Universidad de Bergen (Noruega) ha demostrado empíricamente que la simetría (también la claridad) que subyace en lo que percibimos como belleza, por ejemplo, propicia juicios de verdad y mejora la fluidez del procesamiento mental. Los resultados de dos experimentos revelaron un mecanismo mental relacionado que conformaba los juicios intuitivos entre lo bello y lo verdadero. Jacques Hadamard, matemático francés, escribió en su libro Psicología de la invención en el campo matemático (1954) que el sentido de la belleza y la búsqueda de la misma es casi el único móvil “para el descubrimiento en las matemáticas”.
El rostro espejo del alma (…política)
Más recientemente, en 2008, un equipo de investigadores de la Unidad de Gráficos y Visión por Ordenador e Inteligencia Artificial de la Universidad de Baleares (UIB) ha desarrollado un modelo informático que permite generar caras que visualizan diferentes estados de ánimo acordes a los rasgos de personalidad. El resultado del estudio -que ha sido publicado en la revista Computer Animation and Virtual Worlds- demuestra que las personalidades se reflejan en estados de ánimo y en expresiones emocionales y que éstas, a su vez, se “reflejan” en el rostro, dejando una huella visual y de percepción que ofrece muchísima información a los interlocutores. El modelo ha sido capaz de identificar los “puntos de la cara” que expresan las emociones y manipularlos para ofrecer patrones visuales.
En otro contexto, psicólogos británicos han comprobado que las personasconfían más en los líderes políticos con rasgos faciales femeninos. Tras varios años de trabajo vinculados a la importancia del rostro, la voz, la piel y la apariencia general de los seres humanos en sus relaciones interpersonales, un equipo de investigadores de la Universidad de St. Andrews (Escocia) publicó varios estudios en 2004. En uno de ellos, y tras analizar cientos de rostros a través de animación computada en los que se llevaban a cabo distintas modificaciones, se destacó la influencia que determinados rasgos faciales (también de los políticos) tienen sobre la preferencia del electorado. La conclusión es que “la gente suele juzgar a una persona por su rostro, así como elige a un libro por su cubierta”. Las mutaciones informáticas que se hicieron, por ejemplo, en el rostro de Tony Blair, concluían que la feminización de su cara provocaba un aumento en la confianza y en la predisposición favorable de las personas hacia él, como señala Michael Stirrat, uno de los investigadores del Perception Lab (Laboratorio de Percepción) de la universidad escocesa.
El rostro aporta “información esencial” sobre las características de una persona y, por consiguiente, juega un papel clave en las decisiones de aprobación, interés o atracción de la persona sobre sus interlocutores u observadores. Dicha información tiende a configurarse también como “patrones de atracción” que actúan de manera diferente sobre hombres y mujeres.
La sonrisa, decisiva
A finales de 2007, un grupo de científicos de las universidades de Stirling y Aberdeern desvelaban las claves de la seducción: la sonrisa y mirar a los ojos. El estudio pretendía determinar si nuestras preferencias faciales son fruto o no de la evolución y la sonrisa es una señal muy clara, que nos indica si existe un interés concreto hacia el interlocutor además de tener una función psicosocial muy útil. “Las personas prefieren caras que les transmitan la impresión de que son importantes”, según una de las autoras del estudio, Claire Conway.
En un reciente artículo en The Economist, “About face“, que referencia blog de Enrique Dans, se recogen las conclusiones de un experimento en el cual se evalúan distintas solicitudes para recibir un crédito, única y exclusivamente a partir de la visualización de una fotografía de la persona que lo solicita, además de la información básica sobre el proyecto que quiere financiar.
Entre las conclusiones cabe destacar que, en aparente igualdad de condiciones, la información que transmite la expresividad del rostro influye de manera decisiva en la percepción que los otros tienen de uno mismo, haciéndonos tomar decisiones que pueden ser determinantes.
La risa política y alternativa
La risa es una poderosa herramienta también en la agitación política y en las nuevas expresiones y manifestaciones de ARTivistas y creadores de situaciones en espacios públicos. El 1 de octubre de 2008 se llevó a cabo un taller gratuito de risoterapia en una céntrica plaza de Madrid, de la mano de formadores y terapeutas en la disciplina de la risa con una larga experiencia en la materia, que fueron los encargados de hacer que más de un centenar de personas se rieran a carcajadas acompañando los lemas “me río de la hipoteca”, “me río de mi jefe” y “me río de los políticos”. La política a través del humor y de la risa no ha hecho nada más que empezar. Vamos a asistir a ingeniosas manifestaciones de acciones políticas centradas en su potencial subversivo, revulsivo y revolucionario.
También como primer paso para cambios personales y colectivos que empiezan con el compromiso individual. “Una sonrisa es el primer paso a la libertad del hombre” como señalaba Jaume Sanllorente, fundador de Sonrisas de Bombay (una ONG que desde el año 2005 se dedica al cuidado y educación de niños huérfanos y familias pobres de las calles de Bombay), en un reportaje para La Vanguardia – Sonrisas al poder. En él reflexiona sobre la importancia de alegrar nuestras caras e influir positivamente en aquellos que nos rodean. Lo saben bien un grupo de payasos de todo el mundo que han impulsado el proyecto “Parlamento de Payasos“. Una institución que pretende construir “un mundo para y de nosotros, en el que se reciba con cordialidad al otro, se le escuche y se le obsequie con una sonrisa”.
Conclusión: La política debe ser…, también, bella.
“El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.”
Friedrich Nietzsche
Estoy convencido de que los tristes no ganan elecciones. Ni son capaces de liderar emociones positivas (sin la cuales no hay proyectos, ni comunidad, ni esperanza). Tampoco la tristeza puede seducir ni infundir ánimos colectivos. Los que creen que es posible un proyecto político transformador y progresista desde la cultura de lo pésimo, de lo trágico, de lo feo (de lo serio, de lo adusto, de lo severo)… no se dan cuenta de que el concepto “cuanto peor, mejor” es el núcleo psicológico y cultural de los pensamientos autoritarios, que ceban el desánimo y la desazón, para canalizarla como rabia agresiva… y amenazante.
La tristeza se da la mano con el aburrimiento, la fatalidad, el nihilismo. No comunica esperanza. No propongo la trivialidad, en absoluto. Tampoco reivindico la superficialidad de la sonrisa hueca, del gesto artificial, de la pose previsible de gesto acartonado. Reclamo una renovada mirada política y comunicativa a lo lúdico y festivo como la conexión emocional y ambiental de las fuerzas del cambio y del progreso. Su vinculación con el ánimo y la inteligencia ya están fuera de toda duda científica y sociológica. Aún se resiste una parte de la política formal… que ve su ceño fruncido amenazado por la sonrisa contagiosa de una política más desinhibida, fresca y dinámica. En muchos casos, representada por la creciente feminización de la política.
La política que gana (convence y seduce) contagia ilusión. Y el ánimo es energía movilizadora. Los retos y problemas del mundo (con la crisis económica-financiera, medioambiental y política) que dejan a millones de personas en la precariedad, la miseria o en el umbral de la muerte es algo muy, muy serio. Ciertamente. Pero lo enorme (por abrumador y devastador que parezca) debe ser combatido con inteligencia y determinación. Para ello, necesitamos sumar muchas voluntades y alianzas para una gobernabilidad progresista y sostenible del planeta. Mejor será que lo hagamos con ilusión cautivadora… o nuestra tristeza emocional, combinada con nuestro aburrimiento intelectual nos alejará -definitivamente- de la fuerza emergente que quiere cambiar el mundo.
“La belleza es el esplendor de la verdad.”
Platón
Antoni Gutiérrez-Rubí, Los tristes no ganan elecciones (Ni lideran, ni seducen, ni convencen), Revista Cambio 16 (Cuadernos para el Diálogo. Cataluña. Junio 2009).
Ver el documento power point relacionado.
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