text 78: Xandru Fernández, Habitar la catástrofe, pensar lo insólito





Si hay alguna razón de peso por la que deberíamos estar animando a los filósofos a pensar y a publicar no es por el contenido subversivo, inspirador, emancipador o edificante de sus propuestas, sino por la actitud que se manifiesta a través de ellas, la obstinación en impedir que el pensamiento crítico se vea desplazado por el sentimentalismo, el cinismo y la épica, tres maneras de habitar la catástrofe que se sustentan en una misma y sospechosa creencia, a saber, la de que todo volverá a ser igual que era.
Es posible que la filosofía necesite tiempo, como cualquier creación humana, para dar a luz lo mejor de sí misma, pero también es posible que ya no tengamos tiempo por delante, al menos ese tiempo del ocio entre catástrofes que alimentó durante siglos el lujo de pensar. O no tanto: recordemos que el 1 de noviembre de 1755 tenía lugar el terremoto de Lisboa y el 7 de diciembre Voltaire ya había publicado su famoso poema sobre el desastre. Ni Žižek fue tan rápido.
Conviene que vayamos asumiendo que tal vez el lugar de la filosofía en los próximos años sea precisamente la catástrofe, la falta de tiempo, la urgencia. Quizá no haya más normalidad a la que volver, y por lo demás, aunque la hubiera, no nos sobraría el haber aprendido a valorarla desde una nueva condición de exploradores o colonos de lo insólito.

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

Percepció i selecció natural 2.

Gonçal, un cafè sisplau

La ciència del mal (Simon Baron-Cohen).