La singularitat jònica.



Son muchos los autores que remontan la infancia de la ciencia a la época del nacimiento de la escritura, en las civilizaciones de Sumeria y Babilonia. En el arranque de La Pensée Sauvage, Claude Lévi-Strauss va incluso más allá, atribuyendo a los moradores de culturas llamadas primitivas una gran capacidad de clasificación que se traduciría por ejemplo en la recensión  de centenares de plantas. Es obvio que en las grandes civilizaciones que precedieron a la Jónica había algo más que un embrión de lo que llamamos ciencia. Sin embargo,  por minuciosas  que fueran, las observaciones tenían más bien un carácter empírico; no eran consideradas como expresión de un comportamiento determinado que respondía a la esencia de la naturaleza por entero. Esto se refleja en el diferente uso de la matemática, pues una cosa  es consignar lo observado recurriendo a mediciones matemáticas y otra servirse de las matemáticas para representar un modelo del cosmos, el cual explicaría el fenómeno concreto al que estamos asistiendo, como apuntan a hacer  los pitagóricos o los platónicos.
El gran historiador del pensamiento Leon Robin aseguraba que el saber oriental, incluso después de haber establecido contacto con el saber griego, nunca abandonó las preocupaciones utilitarias y las consideraciones de asuntos particulares. Ello es quizás exagerado. Pero en cualquier caso... tratándose de los griegos ya no hay duda: con los pensadores jónicos se fragua un sistema de pensamiento que apunta a una aprehensión de la realidad cósmica como tal, y ello con independencia de consideraciones pragmáticas. La disposición de espíritu con la que se consideran los fenómenos es muy diferente. Ello vale también cuando se compara Jonia con las grandes civilizaciones de Extremo oriente.
Hace aproximadamente 2500 años, o sea al tiempo que se despliega el pensamiento nacido en Jonia,  se escriba el libro sobre  Tao y Te (Tao Te Ching)  atribuido a Lao Tse.  Aun tratándose esencialmente de una suerte de breviario de la vida espiritual (se ha sugerido la traducción "Camino hacia la virtud"), hay referencias al orden cósmico siendo el objetivo final conseguir precisamente que el hombre consiga armonizarse con el mismo.
Se habla en algún párrafo  de naturalidad como un principio al  cual la vida tendría que obedecer,  pero tal naturalidad se quiebra si el seguidor de Tao no actúa en conformidad a sus preceptos. Aunque la diversidad de traducciones de los mismos versos desespera a los que meramente intentamos acercarnos al tema, parece quedar claro   que el seguimiento  de  la buena vía o Tao permite el perdurar de la situación en la que   "el cielo está puro y la tierra es sólida, la naturaleza es tierna y los ríos son caudalosos, los valles florecen, los seres se multiplican" (Lao Tsé,  Tao Te Ching, 39.  Edición por Vladimir Antonov. Traducido al Español por Anton Teplyy, disponible online (1)).  De no darse tal harmonía "el cielo no habría sido puro; la tierra se habría agrietado por la sequía; la naturaleza habría dejado de dar su belleza; los valles habrían dejado de florecer y se hubiesen convertido en desiertos; los seres vivos habrían dejado de multiplicarse y hubiesen desaparecido"(2)
Es indudable que  hay analogías entre la visión del mundo promulgada por los taoístas y ciertos  aspectos del pensamiento jónico. Así por ejemplo, el agua es presentada como una suerte de principio, de tal manera que  cuando el hombre alcanza los objetivos espirituales se asemeja al agua, elemento que por su capacidad de fluir es inaprehensible por cosa alguna ("el agua permanece más bajo que todos. Y en esto es parecida a Tao"). Ello obviamente hace pensar en Tales, mas la atmósfera es sin embargo radicalmente distinta.  
El pensador jónico se halla ante una naturaleza susceptible de alcanzar la vida y la animación e incluso animada en lo que constituyen sus bases o elementos ( Aristóteles recoge esta manera de ver en su concepción de los cuatro elementos que tiendenintrínsecamente  a su lugar natural), pero en cualquier caso indiferente  las vicisitudes y a la actitud misma de quien se confronta a ella.  Poco que ver con esa naturaleza que de no darse la buena disposición hacia la vía o Tao "habría dejado de dar su belleza". De ahí que  sea difícil atribuir  el carácter de una ciencia de la naturaleza a las disciplinas sobre las que  El Tao tiene influencia, como la medicina china,  aunque sólo sea porque  el objeto de la misma es el animal humano, es decir,  el animal para bien o para mal marcado por su relación con Tao,  con aquello que, similar al vacío, es sin embargo omnipotente: "Está en la Profundidad. Es el Origen de todo. Controla todo. Satura todo. Es la Luz Brillante. ¡Es lo Sutilísimo! ¡Es la Esencia de todas las cosas! No se puede describir su origen, pues Tao es Primordial" (idem 4, (3)).
Primordial ciertamente es también la physis. Pero a diferencia de Tao la physis está sometida a una interna constricción que hace imposible que las cosas puedan ser de otra manera,  quedándole  al hombre tan sólo la posibilidad de contemplar o desvelar esta alteridad irreductible. La sabiduría Tao es de entrada un humanismo, la exploración de la physis llegará también a serlo, pero sólo como consecuencia de la durísima mediación que supone una quiebra en la idea central, una sombra sobre la veracidad de aquello que parecía dar garantía de la autonomía de la naturaleza.

Víctor Gómez Pin, Jonia en relación a Mesopotamia, Egipto, China... , El boomeran(g), 19/05/2016

 
(1) He de reconocer que me siento incapaz de aclararme entre la disparidad  de traducciones. Así he visto una versión del párrafo  realizada por Antonio Rivas que dice: "Todo el cielo estaba despejado,/Toda la tierra era estable,/Todas las montañas eran altas,/Todos los ríos estaban llenos,/Toda la Naturaleza estaba viva,/Todos los gobernantes eran apoyados".
(2) Traducción asimismo bien diferente de la de Rivas:
"Pero sin claridad, el cielo se nubla;
Sin estabilidad, la tierra se rompe;
Sin fuerza, la montaña se erosiona;
Sin agua, el río se seca;
Sin vida, la Naturaleza se agosta;
Sin apoyo, los gobernantes caen".
(3)  Bien diferente, una vez más la traducción de Rivas:
"Tao es una nave sin fondo;
Usado por sí mismo, no se llena con el Mundo;
No puede ser cortado, limitado, ocultado o inmovilizado;
Sus profundidades están escondidas, ubicuo y eterno;
Desconozco de donde proviene;
Llegó antes que la Naturaleza". 

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