La fal·làcia de McNamara
Durante la Segunda Guerra Mundial, McNamara sirvió en el Departamento de Control Estadístico del ejército de EE.UU., donde aplicó una metodología estadística rigurosa a la planificación y ejecución de misiones de bombardeo aéreo, logrando una mejora espectacular en la eficiencia.
Después de la guerra, fue reclutado por Ford Motor Corporation que estaba perdiendo dinero. Con sus habilidades de análisis estadístico racional, McNamara logró mejoras dramáticas.
Cuando llegó al Pentágono, aplicó el mismo riguroso análisis sistémico que le había funcionado tan bien.
A medida que se intensificaba el conflicto en Vietnam, creyó que mientras las bajas del Viet Cong excedieran el número de muertos estadounidenses, la guerra finalmente se ganaría, así que los estadounidenses básicamente se dedicaron a contar cadáveres.
"Las cosas que puedes contar, debes contarlas; la pérdida de la vida es una de ellas", escribió en su libro "En retrospectiva: la tragedia y lecciones de Vietnam".
Pero esta vez estaba trágicamente equivocado. Él mismo admitiría más tarde que el énfasis excesivo en una sola métrica cruda simplificó en exceso las complejidades del conflicto.
Como dice la máxima:
No todo lo que se puede contar cuenta.No todo lo que cuenta se puede contar.
Y algo que no podía contar era la osadía de "movimientos populares altamente motivados".
Su nombre quedó vinculado inextricablemente con el fracaso estadounidense en Vietnam.
En 1972, el sociólogo Daniel Yankelovich acuñó la frase "La falacia de McNamara":
"El primer paso es medir cualquier cosa que se pueda medir fácilmente. Esto está bien hasta cierto punto.
"El segundo paso es descartar lo que no se puede medir fácilmente o darle un valor cuantitativo arbitrario. Esto es artificial y engañoso.
"El tercer paso es suponer que lo que no se puede medir fácilmente en realidad no es importante. Esto es ceguera.
"El cuarto paso es decir que lo que no se puede medir fácilmente en realidad no existe. Esto es suicidio".
La falacia de McNamara es una de las trampas más peligrosas pues se ha usado para guiar decisiones políticas en campos tan vitales como la salud y la educación.
Pero que el riesgo exista no quiere decir que se deben abandonar las mediciones y métricas cuantitativas; la cuantificación es una herramienta analítica valiosa.
Lo que hay que tener en cuenta, como señaló el estadístico W. Edwards Deming, es que "nada se vuelve más importante sólo porque se puede medir. Se vuelve más medible, eso es todo".
La clave es recordar que medir no es entender, que la realidad es multidimensional y que lo cualitativo es tan valioso como lo cuantitativo.
Redacción, 3 falacias que te pueden engañar (y cómo evitar caer en la trampa), bbc.com 07/05/2023
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