El que el FMI diu.



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Traigo a los lectores de Café Steiner el muy interesante estudio del FMI “El bueno, el malo y el feo: 100 años lidiando con resacas de deuda” (“The Good, the Bad, and the Ugly: 100 Years of Dealing with Public Debt Overhangs”  Descargar IMF 2012 good bad and ugly paper). Se trata de un trabajo que estudia cómo salieron de la crisis los países avanzados que, a lo largo de los últimos años, superaron el umbral de deuda del 100% del PIB (un escenario en el que España, que empezó esta crisis con un 36% de deuda, está ahora a punto de entrar según el FMI – ver artículo ).

Sus conclusiones son demoledoras para aquellos que, desde las instituciones europeas y los gobiernos de algunos estados miembros se empeñan en seguir aplicando unas políticas de austeridad que no sólo no están funcionando sino que, peor, son contraproducentes y están generando una tensión de tal calibre que amenaza la propia continuidad y legitimidad de la Unión Europea.

Primero, nos dice el FMI, las políticas de ajuste fiscal sólo funcionan si son acompañadas por medidas que estimulen el crecimiento o creen un entorno favorable para que este se produzca. Esto se refiere tanto a las medidas de ajuste estructural, especialmente las medidas de saneamiento bancario, como a la existencia de una política monetaria favorable, es decir, tipos de interés bajos para las empresas.
Segundo, prosigue el Fondo, los países más exitosos son los que hicieron reformas estructurales a largo plazo, especialmente aquellos que rediseñaron su estructura impositiva para hacerla más eficaz y sostenible, no los que tomaron medidas cortoplacistas de control de déficit que sólo buscaban cumplir objetivos nominales de reducción de gasto.

Tercero, concluye el Fondo, la consolidación fiscal, es decir, la reducción del déficit, requiere tiempo. Históricamente, una vez que los países alcanzaron el 100% de deuda, tardaron una media de 15 años en reducirla sólo 10 puntos. Esto se debe a varias razones. La primera es que, como media, unos niveles de deuda superiores al 90% de PIB “roban” un punto de crecimiento a la economía lo que ralentiza la recuperación económica. La segunda es que la reducción de la deuda requiere un superávit primario, es decir que los ingresos del estado sean superiores a sus gastos (excluyendo el pago de intereses de la deuda), lo que requiere una combinación de medidas (aumento de impuestos, reducción de gastos, mejora de las exportaciones) que no se logran inmediatamente.  En consecuencia, cualquier cosa que vaya más allá de una reducción de un punto por año en el déficit tiene visos de no ser sostenible. Intentar pasar, como pretende el gobierno español, de un déficit del 7% del PIB en 2012 a uno de 2.8 en 2014 es un esfuerzo tan brutal como inútil, a la luz de la experiencia.

Lo que el FMI nos dice es que los países que pasan un umbral de deuda determinado caen en una trampa de la cual no es fácil salir si no hay apoyos (tipos de interés bajos y demanda externa que permitan que las reformas estructurales den resultado). En ausencia de esas condiciones nos encontramos con la paradoja que señalara Keynes al despachar el caso de la tan brutal como ineficaz austeridad británica impuesta por el Reino Unido después de la primera guerra mundial con una sencilla constatación: “Ser bueno no compensa”. Como muestran las perspectivas de (de)crecimiento para España que el FMI hizo públicas ayer (ver artículo), cavar no parece la mejor manera de salir de un agujero. Lo dice el FMI. Es una pena que nadie escuche a esos revisionistas.... 

José ignacio Torreblanca, Cavar para salir de un agujero no parece tener mucho sentido, Café Steiner, 10/10/2012
http://blogs.elpais.com/cafe-steiner/2012/10/cavar-para-salir-de-un-agujero.html

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