L'ètica de Spinoza ens condueix a la política.
Spinoza ha
tenido una recepción entusiasta por parte de pensadores heterodoxos y muy
potentes de la filosofía contemporánea. Jacques Lacan, Louis Althusser, Gilles
Deleuze y Toni Negri fueron algunos de ellos. Cada uno de ellos cogió de Spinoza
lo que le interesaba y para todos ellos su lectura fue muy fecunda. Pero me
gustaría formular aquí un síntesis actual y fiel de su filosofía. Síntesis
quiere decir centrarme en lo que para mí es esencial. Actual quiere decir una
lectura que hoy podamos entender y aprovechar. Fiel quiere decir no hacerle
decir a Spinoza cosas que no dijo. Dividiré su filosofía en una ontología, una
epistemología, una ética y una política.
La ontología o
teoría del ser de Spinoza es realista. No parte del sujeto pensante en una línea
idealista que empieza por Descartes y continua con Kant y Hegel hasta llegar a
Hursell. Realista quiere decir que partimos de la existencia de lo real y desde
ella entendemos el hombre y su proceso de conocimiento. Spinoza no es panteísta,
porque Dios es una palabra que utiliza por imperativo de su época y que se
refiere al Ser. Pero tampoco creo que sea materialista, como sostienen algunos
de sus lectores. El Ser es eterno y se despliega a través de sus manifestaciones
infinitas, de las que solo conocemos dos : la extensión ( la materia) y el
pensamiento ( la mente). Las manifestaciones tienen una duración, se despliegan
en el tiempo. Todo lo que existe está determinado. En su conjunto lo que es lo
es de una determinada manera y en particular cada cosa concreta está determinada
por su encadenamiento en el tiempo. Todo es necesario, nada es contingente. La
mente y el cuerpo son dos atributos o manifestaciones de lo que es. No son dos
sustancias pero tampoco uno. Para Spinoza la mente no está causada por el cuerpo
( ni siquiera por el cerebro): es otra dimensión de lo real. Antonio Damasio,
uno de los grandes neurocientíficos actuales, considera tan acertado a Spinoza
como desacertado a Descartes por su dualismo. Sería interesante relacionar a
Spinoza con las reflexiones filosóficas a partir del enigma cuántico.
La
epistemología o teoría del conocimiento es racionalista. Pero la parte
fundamental de la razón es la intuitiva, no la deductiva. Hay tres géneros de
conocimiento. El primero son las ideas inadecuadas. Estas son confusas ( si
vienen de la sensación o la emoción), imaginarias o ficticias. O son demasiado
concretas o demasiado abstractas. La imaginación nos hace ver las cosas como
posibles y no como necesario. Imaginamos que las cosas podrían haber sido
diferentes pero todo pasa de la única manera que podría pasar. El Bien/mal, las
causas finales, el libre albedrío y las formas ideales que atibuimos a las cosas
también son inadecuadas. A partir del segundo grado de conocimiento podemos
hacernos ideas adecuadas de las cosas cuando captamos lo que tienen de
necesario, de eterno y de común. El tercer grado o conocimiento de Dios es
cuando captamos intuitivamente lo que es en su conjunto, cuando tenemos una
visión global de la realidad.
La ética es el
arte de vivir, el camino de la felicidad a partir de nuestro conatus. El conatus
es nuestra potencia y nos conduce a la alegría. Cuando desarrollamos nuestras
capacidades somos activos, tenemos poder y estamos contentos. Desarrollamos
nuestra esencia singular. No somos siervos ni esclavos de los otros ni de las
circunstancias. Porque los otros y las circunstancias nos encadenan a través de
las pasiones tristes. Las pasiones tristes nos deprimen ( la tristeza en todas
sus manifestaciones ) o nos envenenan a través del odio hacia el otro o hacia
nosotros mismos. Odiamos a quien consideramos causa de nuestra tristeza : odio,
ira, venganza, envidia, crueldad. O nos odiamos a nosotros mismos a través de la
culpa, pero no hay nada más cobarde que no asumir los propios actos. También la
compasión es una pasión triste porque nos encadena al sufrimiento del otro.
Hemos de aceptarnos querernos en la justa medida, sin defecto ( inhibición,
vergüenza) no exceso ( vanidad, arrogancia). Estamos determinados, pero la
libertad es entenderlo ( distancia) y hacer lo necesario para afirmar nuestra
potencia. La esperanza, el miedo, la indignación, la seguridad son pasiones que
en un determinado momento puede ser útiles para evitar males mayores : la
desesperación, el peligro, la injusticia, la inestabilidad. El bien y el mal no
existen, las cosas son buenas o malas en función de su utilidad y la utilidad es
lo que nos hace felices y hace felices a los otros. El deseo, que es el conatus
hecho consciente, es el motor de nuestra vida pero debe ser guiado por la razón.
El hombre sabio vive en un estado de serena alegría. La moral no es un código de
leyes ni un sentido del deber, la moral es el deseo de hacer el bien al otro. Es
nuestra alegría la que nos orienta hacia la generosidad. La moral es, por tanto,
una consecuencia de la ética.
La ética nos conduce a la
política porque somos seres sociales. No hay que ser esclavo ni siervo de la
sociedad. Hay que ser ciudadano, que quiere decir un súbdito con derechos
políticos. Pero como ciudadanos nos sometemos a las leyes. Estas leyes han de
ser democráticas, porque el mejor gobierno es el de la multitud. Hay que
cooperar, haciendo que todas las potencias individuales se potencien en en un
esfuerzo colectivo.
Luis Roca Jusmet, Spinoza y la actualidad de su filosofía, Materiales para pensar, 01/10/2012
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