Nacionalista i d'esquerres, un oxímoron.
Nunca he podido comprender a quienes se definen “de izquierdas” y
“nacionalistas”. Antes de explicar mis razones, permitidme dos notas
importantes:
1) Los que se oponen a la independencia de Catalunya o Euskadi son tan
nacionalistas como quienes la reclaman. En España se suele reservar el término
“nacionalistas” para referirse a los nacionalismos independentistas, pero la
“unidad de España” es otro nacionalismo igual. En los siguientes
párrafos, utilizo el término “nacionalismo” para referirme a cualquier tipo de
expresión de orgullo patrio, ya sea español, vasco, catalán, gallego,
estadounidense, ruso o alemán.
2) Supongo que muchos de vosotros no estaréis de acuerdo con mis argumentos.
Me gustaría escuchar los vuestros. Si son mejores, aceptaré mi error y cambiaré
de opinión.
Mi convicción sobre la incompatibilidad entre el nacionalismo y la
izquierda se basa en la siguiente observación empírica:
¿Cuál es el elemento que más condiciona las oportunidades en la vida
de un ser humano? Su nacionalidad.
Si naces suizo, tienes bastantes probabilidades de disfrutar de agua potable,
una buena educación y permiso para viajar al país que te apetezca. Si
naces etíope, olvídate.
Vivimos en un mundo que clasifica a cada ser humano en una categoría que el
afectado no elige, que es arbitraria (pues las fronteras son construcciones
imaginarias) y que determina, en gran medida, las oportunidades de su vida.
¿Hay algo más contrario a las ideas de la izquierda? ¿Cómo
alguien de izquierdas puede sentirse orgulloso de que existan estas
barreras?
Podríais decirme que algunos de los argumentos anteriores también pueden
aplicarse a la familia en la que naces. Nadie elige a su familia y la familia es
un factor determinante en las oportunidades que tendrá cualquier persona. Sin
embargo: 1) Ninguna nación puede ofrecer el soporte humano y emocional que unos
padres pueden dar a sus hijos y 2) Precisamente la
izquierda defiende que las oportunidades de una persona no deberían estar
limitadas por el nivel económico de la familia en la que nace.
Si la redistribución de la riqueza es un objetivo de quienes somos de
izquierda, ¿la existencia de fronteras nacionales no resulta una limitación
evidente?
¿Cómo alguien de izquierdas puede ondear una bandera sin sentir
vergüenza?
Cualquier nacionalismo implica necesariamente insolidaridad. Primero
nosotros, y si nos sobra, ya daremos algo a los demás. “Los españoles,
primero”, “los catalanes, primero”, “los estadounidenses, primero”. ¿Os
imagináis a alguien de izquierdas diciendo “los hijos de tal familia,
primero”?
El nacionalismo es uno de los motivos por los que la pobreza está tan
concentrada en algunos lugares del mundo. ¿Por qué la mayoría de los etíopes son
pobres? ¿Porque son todos tontos? ¿Porque son todos vagos? ¿O porque nacieron en
Etiopía?
El nacionalismo establece que nuestras obligaciones con otros seres
humanos son muy diferentes dependiendo del lugar donde los otros hayan
nacido.
Como los argumentos económicos son de difícil justificación moral, los
nacionalistas suelen esconderse tras la cantinela de la “excepcionalidad
cultural”.
Yo tengo pasaporte español, pero me siento más cerca de Galileo Galilei que
de Torquemada, me emociona más la música de Dylan que la de Sara Montiel, me río
más con Desproges que con Los Morancos y me gusta más el rugby que los toros. Me
fascinan Goya, Quevedo y Ramón y Cajal, pero no precisamente porque naciesen en
un terruño que alguien decidió llamar España. Como físico teórico, trabajo en
una disciplina que ha tenido premios Nobel judíos y árabes, británicos y
alemanes, soviéticos y norteamericanos. ¿Cuál es la excepcionalidad
española de la debo sentirme tan orgulloso? ¿Y la
catalana? ¿La paella? ¿El pa amb tomàquet?
Los idiomas también suelen ser una justificación habitual de los
nacionalistas. Permitidme otra observación empírica: si mucha de la
gente con quien comparto más ideas no habla castellano y con muchos de los que
hablan castellano, no comparto casi nada, ¿por qué darle tanta importancia a mi
lengua materna? Yo lo que quiero es ser capaz de comunicarme con las
personas que tienen ideas interesantes.
Quizás lo más absurdo de todo es observar cómo los nacionalismos manipulan la
Historia para justificar sus ideas. Digo absurdo porque, aunque respetasen la
Historia, no entiendo cómo podrían apoyar en ella sus razones. Tomemos
como ejemplo el nacionalismo español. Quienes defienden la unidad
patria suelen repetir que “España es una de las naciones más antiguas de
Europa”. Supongamos para nuestro argumento que España es, en efecto, la
nación más antigua de Europa.
1) ¿Desde cuándo la antigüedad de algo justifica su legitimidad? ¿Desde
cuándo que algo haya existido en el pasado es razón suficiente para que deba
seguir existiendo en el futuro?
2) La elección de una fecha de origen es puramente arbitraria. En el año
1000, la mayor parte de lo que hoy es España formaba parte de un califato
islámico. Si utilizas la Historia para justificar la “nación española”, no
puedes quejarte de que Al Qaeda luche por restaurar Al Andalus. Ellos han
elegido una fecha tan legítima (y arbitraria) como la tuya. Si de verdad
queremos respetar la Historia, si tanto nos importa la tierra de nuestros
antepasados, deberíamos mudarnos todos al Valle del Rift. De aquél rincón de
África salimos todos los humanos. ¿Me escucha Sr. Mayor Oreja? La
próxima vez que le pregunten por su origen, quiero escucharle decir: “yo, antes
que nada, soy un inmigrante africano”.
Si alguno de vosotros es nacionalista español o nacionalista catalán,
os ruego que me respondáis a esta pregunta: ¿en qué se diferencia un
madrileño de un barcelonés? ¿y de un parisino? Lo digo en serio. Si no
encontramos una respuesta concreta y razonable a esta pregunta, ¿qué sentido
tienen los nacionalismos?
Nota importante para responder: no vale señalar las diferencias
entre cierta persona de Madrid y tal persona de Barcelona. Los nacionalistas no
hablan de individuos. Siempre se refieren al genérico: “nosotros, los
españoles”, “nosotros, los catalanes”, “nosotros, los franceses”.
Es evidente que algunos nacionalismos han intentado aplastar a otros.
Preguntad a quienes hablaban catalán o euskera durante la dictadura franquista.
Pero entonces, la solución óptima sería luchar contra todas las banderas
en vez de alimentar más nacionalismos.
Permitidme acabar con una anécdota que me hace ser optimista. Cuando alguna
vez he leído a los clásicos griegos, siempre me he preguntado: ¿cómo puede ser
que estos genios de las matemáticas, el teatro y la política, no se diesen
cuenta de la aberración moral que suponía la esclavitud? Estoy convencido que
dentro de unos siglos, los seres humanos mirarán hacia nuestro tiempo y dirán,
¿cómo puede ser que estos tipos que descubrieron la mecánica cuántica no se
diesen cuenta de la aberración moral que suponían las banderas y naciones?
PD.- Como decía al principio, estos son los argumentos que más me
convencen. Me gustaría escuchar los vuestros. Si son mejores, aceptaré mi error
y cambiaré de opinión.
Alberto Sicilia, ¿Cómo alguien puede ser "nacionalista" y "de izquierdas"?, Principia Marsupia. Público, 15/10/2012
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