Llenguatge: logos o eina per intercanviar informació?
¿Llamamos hombre a lo que resulta de que un momento de discontinuidad en la
historia evolutiva? ¿Diremos más bien que no hay tal discontinuidad y que el
hombre no difiere significativamente de sus ancestros? La respuesta depende de
si por ese animal lingüístico que es el hombre entendemos meramente una especie
dotada de un sofisticado instrumento para intercambiar información, o más bien
dotada de lo que designa el término griego lógos, desde luego irreductible a un
mero sistema de emisión de señales.
Muchas de las querellas en torno a la
cuestión de la singularidad humana en el seno de la animalidad resultan
meramente de equívocos en este asunto. Ha de empezarse por aclarar si se acepta
o no la irreductibilidad del lenguaje a un mero código, y en caso de respuesta
positiva bastaría con afirmar que designamos por hombre el animal que en la
historia evolutiva se despliega como resultado de la emergencia del lenguaje
para que la sentencia "en el principio está el verbo" se convierta en algo más
que una metáfora y, en consecuencia, la antropología se convierte en una
disciplina que trasciende en sus objetivos la mera descripción de una especie
natural.
El debate está abierto, y enfrentarse al mismo, con la ayuda de la
genética, la paleontología, la semiótica y la lingüística es un reto al que el
filósofo no puede en ningún caso sustraerse.
Víctor Gómez Pin, ¿En qué momento de la historia evolutiva arranca el hombre?, El Boomeran(g), 30/10/2012
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