Vattimo interpreta la "història d'un error" de Nietzsche.
En una famosa página del Crepúsculo de los ídolos, bajo el título «Cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en fábula», Nietzsche recorre de nuevo las etapas de esta consumación. En primer lugar, la filosofía griega creyó colocar la verdad del mundo en un más allá metafísico—el mundo de las ideas de Platón que, con su precisión y estabilidad, debían garantizar la posibilidad de conocer rigurosamente las cosas cambiantes y mutables de la experiencia cotidiana—; después, mucho más adelante en la misma historia filosófica de la idea de verdad, llegó el descubrimiento kantiano de que el mundo de la experiencia está co-constituido por la intervención del sujeto humano (sin las formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento no hay «mundo», sólo una «cosa en sí» de la que no sabemos nada, salvo que no podemos negar que exista); finalmente, el pensamiento toma consciencia de que lo que es verdaderamente real, como dicen los positivistas, es el hecho «positivo», esto es, el dato verificado por la ciencia; pero como la verificación es, precisamente, una actividad del sujeto humano (aunque no del sujeto individual), la realidad del mundo del que hablamos se identifica con aquello que viene «producido» por la ciencia en sus experimentos y por la tecnología con sus aparatos. No hay y aningún «mundo verdadero», o mejor, la verdad se reduce totalmente a lo «puesto» por el hombre, esto es, a la «voluntad de poder».
Gianni Vattimo, Creer que se cree, Buenos Aires, Editorial Paidós 1996
Comentaris