Els fets sense paraules no tenen vida.
Un Gobierno no es una empresa cuyo éxito se objetiva por su cuenta de resultados, la valoración de un Gobierno es la resultante de muchos factores: la autoridad adquirida sobre el país, la capacidad de arrastre del proyecto político, la mejora de la calidad democrática y el balance de las políticas concretas. (...)
Nadie ha regado previamente el terreno ideológicamente que es el abono necesario para que el discurso de las realizaciones fragüe. Un balance político de números -las carreteras construidas, los hospitales abiertos, las escuelas creadas y un largo etcétera- está condenado a quedar a beneficio de inventario. (...)
El problema es que los hechos sin palabras son inertes, no tienen vida. Y cuando llega la hora de la verdad y hay que dar a los ciudadanos palabras que indiquen unos objetivos, unas ideas, unas señales de futuro, sólo se tiene un insulso listado en la mano. Con hechos y sin política, solo hay una vía para agarrarse al poder: el clientelismo. (...)
La política no perdona: los hechos no bastan para ganar elecciones, hay que transmitir a los ciudadanos la sensación de que se sabe adónde se va y para qué.
Josep Ramoneda, ¿Es posible defender el tripartito?, El País, 12/10/2010
http://www.elpais.com/articulo/cataluna/posible/defender/tripartito/elpepiespcat/20101012elpcat_7/Tes?print=1
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