"Un hombre con convicciones es difícil de cambiar. Dile que no estás de acuerdo y se apartará. Muéstrale hechos o cifras y cuestionará tus fuentes. Apela a la lógica y no entenderá lo que quieres decir.
Todos hemos experimentado la inutilidad de intentar cambiar una convicción firme, especialmente si la persona convencida ha invertido en su creencia.
Conocemos la variedad de ingeniosas defensas con las que la gente protege sus convicciones, consiguiendo mantenerlas indemnes a pesar de los ataques más devastadores.
Pero el ingenio del hombre va más allá de la simple protección de una creencia. Supongamos que un individuo cree en algo de todo corazón; supongamos además que se ha comprometido con esta creencia, que ha emprendido acciones irrevocables a causa de ella; por último, supongamos que se le presentan pruebas, inequívocas e innegables, de que su creencia es errónea: ¿qué ocurrirá?
Con frecuencia, el individuo saldrá, no sólo inamovible, sino incluso más convencido que nunca de la verdad de sus creencias. De hecho, puede incluso mostrar un nuevo fervor por convencer y convertir a otras personas a su punto de vista".
Leon Festinger , Cuando las profecías fallan, (1956)
@SergioParra_
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