L'exemple del tinent coronel Stanislav Petrov.
"El 26 de septiembre de 1983, el teniente coronel Stanislav Petrov estaba de servicio en un complejo militar a las afueras de Moscú cuando el sistema informático empezó a dar la alarma de un ataque con misiles.Como jefe adjunto del Departamento de Algoritmos Militares, había ayudado tanto a escribir las instrucciones de funcionamiento del software como a instalarlo, por lo que "no tenía la confianza que algunos de los otros oficiales tenían en él". Petrov pensó que se trataba deuna falsa alarma y, siguiendo la tradición de la gente que se enfrenta en todas partes a la sospecha de un mal funcionamiento de una máquina, dijo a su equipo que apagara el equipo y lo volviera a encender.
De nuevo el sistema mostró el mensaje de lanzamiento, y de nuevo Petrovensó que era una falsa alarma y ordenó reiniciarlo. Ahora indicaba que se habían detectado al menos tres misiles. “Aterrorizado, acalorado y sudoroso", Petrov consultó con los analistas de satélites, que dijeron que no veían señales de lanzamiento, y con los analistasinformáticos, que dijeron que no había señales de mal funcionamiento del sistema. ¿Quién tenía razón? ¿Se trataba de una falsa alarma o los estadounidenses habían lanzado un ataque nuclear? ¿Debían los soviéticos tomar represalias? Incluso cuando el sistema detectódos lanzamientos más, Petrov recurrió a sus conocimientos y experiencia y mantuvo que se trataba de una falsa alarma. Los demás oficiales superiores presentes se dieron cuenta poco a poco de que ninguna de las otras estaciones de seguimiento había detectado ningún misil: los sistemas de satélites y ordenadores habían fallado.
Durante años, la mayor parte del mundo ignoró lo cerca que habíamos estado de una guerra nuclear. En cuanto a Petrov, ni se le agradeció ni se le honró por sus acciones. Al contrario, fue amonestado por no seguir los protocolos, licenciado del ejército y más tarde sufrió una crisis nerviosa. Mientras tanto, una generación de niños siguió creciendo, jugando y yendo a la escuela. Entre ellos había una niña que vivía a 8.000 kilómetros al oeste de Moscú. Un día crecería y citaría el ejemplo de Petrov en su libro sobre ética tecnológica, deseando poder darle las gracias."
Esto escribe Stephanie Hare en su libro "Technology is not neutral"
Antonio Dieguez, @AJDieguez. 2 d'abril de 2023
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