El genet i l'elefant.




Nuestra mente justa ha permitido a los seres humanos, y no a otros animales, producir grandes grupos cooperativos, tribus y naciones sin el “pegamento” del parentesco. Y al mismo tiempo, nuestra mente justa ha garantizado que estos grupos cooperativos siempre estarán condenados a conflictos morales. Algún grado de conflicto entre grupos puede ser necesario para la salud y el desarrollo de cualquier sociedad. Cuando era adolescente deseaba la paz mundial, pero ahora añoro un mundo en el que las ideologías opuestas estén en equilibrio, los sistemas de rendición de cuentas nos impidan salirnos con la nuestra más de la cuenta, y en el que menos gente crea que fines justos justifican medios violentos. No es un deseo demasiado romántico, pero es uno que realmente podemos lograr.

Las intuiciones morales surgen automáticamente y de manera casi instantánea, mucho antes de que un razonamiento moral haya tenido la oportunidad siquiera de comenzar a formarse, y esas primeras intuiciones suelen guiar nuestro razonamiento posterior.

Si piensas que el razonamiento moral es algo que hacemos para encontrar la verdad, te sentirás constantemente frustrado por lo tonta, tendenciosa e ilógica que puede llegar a ser la gente cuando no está de acuerdo contigo. Pero si piensas acerca de los razonamientos morales como una habilidad que los humanos hemos desarrollado para avanzar en nuestras agendas sociales, justificar nuestras acciones y defender los equipos a los que pertenecemos, entonces las cosas tendrán mucho más sentido. Vigila las instituciones y no interpretes literalmente los argumentos morales de las personas. En su mayoría son construcciones post hoc, creadas sobre la marcha para lograr uno o más objetivos estratégicos.

La metáfora central es que la mente está dividida, como un jinete que guía a un elefante, y el trabajo del jinete es servir al elefante. El jinete e nuestro razonamiento consciente, ese flujo de palabras e imágenes que conforman nuestro consciente. El elefante es el otro 99 por ciento de los procesos mentales, esos que ocurren fuera de nuestro consciente pero que de hecho controlan la mayor parte de nuestro comportamiento.

Jonathan Haidt, La mente de los justos. Por qué la política y la religión divide a la gente sensata, Editorial Planeta, Barcelona 2019

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