Democràcia cognitiva vs epistocràcia.
... la democracia ateniense fue en cierto modo una democracia cognitiva que logró resistir la tentación de la "epistocracia" o gobierno de los más sabios.
De los muchos problemas que tienen las democracias a lo largo de la historia uno de los más complicados es combatir el prejuicio de que las sociedades jerárquicas y tecnocráticas lo hacen mejor que las democráticas en la provisión de bienes públicos y la movilización del conocimiento. Atenas muestra que no necesariamente es así. De hecho podemos encontrar muchos más ejemplos en la historia de cómo las sociedades democráticas pueden hacer que el conocimiento que poseen los ciudadanos, su creatividad y sus deseos de resolver problemas comunes circule y se distribuya con eficiencia y justicia. Lo contrario de la democracia no siempre son las dictaduras claras y prototípicas. A veces, las sociedades jerárquicas se esconden bajo formas aparentemente democráticas que esconden el dominio real de élites plutócratas o tecnócratas. Siempre los discursos que legitiman esta suerte de autoritarismos acuden al argumento de la mayor eficiencia de los "mejores", al predominio del consenso (aunque sea un consenso impuesto por la propaganda y los medios de comunicación) sobre el conflicto y el debate. Las tentaciones de "mirad cómo lo hacen los chinos" u otros ejemplos similares atraen cada vez más a las élites de los países, pero estos discursos son en realidad falsedades históricas.
Por otro lado, cuando leo filosofía política de los varios signos que predominan actualmente (la de origen rawlsiano, la deliberativa o la más popular hoy, la schimittiana) todas coinciden en olvidar que el problema del bien común, que desde Rousseau y los clásicos sabemos que es el problema de los fundamentos de la sociedad, es también y sobre todo un problema de conocimiento, el de cómo agregar los conocimientos particulares movilizándolos para resolver problemas colectivos. La propaganda neoliberal suele ofrecer la empresa como contraposición a la democracia (Franco solía usar el ejemplo de un cuartel como modelo de cómo gestionar adecuadamente una sociedad). Pero es precisamente en la empresa donde podemos encontrar que las formas que se aproximan a la democracia, que estimulan la cooperación y la movilidad del personal y que aborrecen de los CEOs autoritarios y depredadores son precisamente las que mejor lo hacen también en el terreno de los negocios. En estos tiempos oscuros, nos cabe a todos la responsabilidad de argumentar fehacientemente que la democracia no es el problema, es la solución en la mayoría de los problemas que nos aquejan.
Fernando Broncano, Lo que aprendimos de Atenas, El laberinto de la identidad 30/12/2018
Comentaris