La filosofia: entre la qüestió de l'altre món i la qüestió de l'altra vida.
Si se admite, en efecto,
que el cinismo es el movimiento mediante el cual la vida, a partir del momento en
que lleva real, concreta, verdaderamente la efigie de la filosofía, se convierte
de resultas en otra, pues bien, se llega al
meollo de un problema importante. En ese sentido, el cinismo no fue simplemente
la forma de recordatorio insolente, grosero,
rudimentario de la cuestión de la vida filosófica. Planteó una cuestión muy grave
o, mejor, dio su filo, me parece, al tema de la vida filosófica al hacer la siguiente
pregunta: la vida, para ser verdaderamente la vida de verdad, ¿no debe ser una vida
otra, una vida radical y paradójicamente otra? Radicalmente otra por estar en ruptura
total y en todos los aspectos con las formas tradicionales de existencia, con la
existencia filosófica admitida de ordinario por los filósofos, con sus hábitos,
sus convenciones. ¿La verdadera vida no va a ser una vida radical y paradójicamente
otra, por no limitarse a poner en acción los principios que la práctica filosófica
corriente admite de manera más habitual? ¿La vida de verdad no es, no debe ser una
vida otra? Se trata de una cuestión de valor filosófico importante y alcance histórico
bastante extenso. Quizá podría decirse-perdónenme otra vez el esquematismo, son
hipótesis, líneas de puntos, bosquejos, posibilidades de trabajo –que la
filosofía griega planteó en el fondo, desde Sócrates, con y por el platonismo, la cuestión del otro mundo. Pero
también planteó, a partir de Sócrates
o del modelo socrático al cual se refería el cinismo, otra cuestión. La cuestión,
no del otro mundo, sino de la vida otra. El otro mundo y la vida otra fueron en
esencia, creó, los dos grandes temas, las dos grandes formas, los dos grandes
límites entre los cuales la filosofía occidental no dejó de desarrollarse.
(258)
Clase del 14 de
marzo de 1984. Primera hora.
Michel Foucault, El coraje de la verdad, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires
2010
Comentaris