El que Spinoza i Mill comparteixen.
Lo peor de los manuales de
filosofía es que clasifican con criterios discutibles y una vez determinada
esta clasificación limitan enormemente el ejercicio de comparar filósofos
diferentes. Así se establecen prejuicios previos sobre su afinidad o no afinidad.
Según los manuales el racionalista Spinoza
no tiene nada que ver con el utililitarista Mill. "Racionalista" y "Utilitarista" se
convierten así en tópicos excluyentes que no solo empobrecen el pensamiento
vivo del autor sino también unas posibles relaciones entre filósofos que
resulten fecundos.
Si comparo Spinoza con Mill lo hago desde el punto de vista de su filosofía práctica, es
decir sus teorías ético-morales y políticas. Sus teorías epistemológicas son
bien diferentes y sus ontologías también pero hay una fuerte coincidencia en
esta filosofía práctica. Lo cual significa que no hay nunca un encadenamiento
deductivo entre la epistemología, la ontología, la ética-moral y la política.
Las relaciones entre los diferentes aspectos de sus filosofías son muy
complejas.
Lo primero es señalar lo que
quiere decir una teoría ético-moral y una teoría política. Podemos compartir
con Deleuze el planteamiento de la
filosofía como creación de conceptos. Los conceptos-ideas son maneras de
configurar la experiencia humana, no enunciados que sean verdaderos o falsos.
Los conceptos filosóficos son descriptivos o normativos. Es decir, bajo la
significación conceptual queremos definir lo que son las cosas o lo que
deberían ser. Los significados conceptuales descriptivos son básicamente
ontológicos y los prácticos son básicamente normativos.
La diferencia entre ética,
moral y política es difícil de establecer de una manera precisa, porque son
tres conceptos están muy interrrelacionados. Lo más complicado es delimitar la
ética y la moral. Pero podemos considerar la ética como el camino hacia la
felicidad y la moral las obligaciones que tenemos respecto a la felicidad del
otro. Sería por tanto el gobierno de sí respecto a uno mismo y a los otros. La
política es el compromiso del ciudadano con el gobierno de la sociedad.
Spinoza tiene una teoría ética y una teoría política. No tiene
una teoría moral porque para él la moral sería una consecuencia natural de la
ética. Es decir que es la posición ética adecuada la que te lleva a una buena
consideración de la felicidad con el otro. La ética es el camino singular hacia
la felicidad y es el deseo el que nos marca el camino. Las pasiones, por el
contrario, son las que nos desvían de él. El deseo es el impulso consciente,
iluminado por la razón. Es la razón la que nos permite seleccionar entre lo que
es un deseo y lo que es una pasión. Porque las pasiones, una vez las entendemos
con la razón, se nos muestran como inadecuadas. Porque son pasiones tristes :
la envidia, la culpa, el odio que nos llevan a la infelicidad. La alegría y el
amor ( sentimiento hacia el que nos causa alegría) son pasiones vinculadas al
deseo. Lo que plantea Mill es que
los errores éticos son producto de errores cognitivos y falta de voluntad.
Aunque algo certero dice, y se queda corto. Los anglosajones se creen demasiado
la racionalidad humana. Más incluso que un racionalista como Spinoza. Porque la teoría spinozista de
las pasiones explica mejor porque lo humanos actuamos en contra de nuestra
infelicidad. Las ideas inadecuadas son, para Spinoza, el dominio de las pasiones tristes. Sobre todo el odio que
tenemos para los que consideramos causantes de nuestra tristeza. La palabra deseo
unifica a Spinoza y Mill. Deseo es el impulso consciente
que nos conduce a la felicidad. Es un afecto positivo, afirmativo. Y la
felicidad ¿que és? Para Spinoza
parece ser un estado de serenidad, que podríamos comparar con los que plantean
los estoicos (¿o los epicureos?) y algunas tradiciones orientales. Mill sí reivindicaba a Epicuro como un antecedente,. por
cierto.
En el tema de la moral Spinoza no entra. Es, para él,
consecuencia de esta serenidad : la alegría interna conduce al amor hacia los
otros. Para Mill hay que potenciar
los sentimientos morales mediante la educación y esto hará que seamos
altruistas porque el deseo de virtud nos llevará a actuara bien, ya que en esto
se juega entonces nuestra felicidad.
Finalmente tenemos la
política. Para Spinoza y Mill la democracia es el mejor sistema,
porque es el gobierno de la mayoría. Se basa en la cooperación de todos. Ahora
bien, ni Spinoza ni Mill entendían de manera universal este
"todos". Para Spinoza como
mínimo las mujeres no pueden participar, por una cuestión de incapacidad. Para Mill las mujeres son capaces, pero no
los analfabetos, ni los "países todavía no civilizados del todo",
como la India. Ambos eran liberales en el buen sentido del término. Defensa de
las libertades individuales y de los derechos de las minorías.
Ampliando los derechos hacia
la universalidad podríamos considerar aceptables sus planteamientos, salvando
dos reservas fundamentales. Estas reservas las plantean las sospechas de Freud y de Marx. A Freud le gustaba
Mill y lo había incluso traducido al
alemán, Freud era igualmente
empirista y buscaba una moral utilitaria, por decirlo así. Para Freud el hombre se guiaba por el
principio del placer, que transformaba en principio de realidad para ajustarse
a sus deseos a medio y largo plazo. También Mill planteaba algo similar cuando hablaba de la voluntad al
servicio del deseo y que los placeres debían ser racionales y cualitativos. Lo
cual también tiene relación con la noción de sublimación de Freud. Pero Freud descubrió "el más allá del principio del placer".
hay en el hombre unas pulsiones destructivas, una violencia contra uno mismo y
contra el otro que explicaría la parte más oscura de la historia humana. De
esto se olvidaron Mill y en menor
grado Spinoza, cuyas pasiones
tristes podían ser un antecendente de esta pulsión de muerte, aunque para
Freud eran fuerzas primarias que nada tenían que ver con las ideas inadecuadas.
Lo que Marx planteó con claridad son dos cosas. La primera es que no
podemos hablar de felicidad ni de libertad si conseguimos unas condiciones
materiales dignas para el conjunto de la población. Si el poder político
democrático quiere solucionarse deberá enfrentarse a la lógica del capitalismo
y al poder económico que deriva de él. Spinoza
todavía no estaba en condiciones de vislumbrarlo, pero Mill sí. Pero su óptica pequeñobruguesa se lo impidió.
Resumiendo: hay que construir
una alternativa ética, moral y política para nuestra sociedad aprendiendo
críticamente de los clásicos. Esta sería una pequeña aportación
Luis Roca Jusmet, Lo que tienen en común Spinoza y Mill y lo que les critican Marx y Freud, Materiales para pensar, 25/03/2013
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