"Fin de la historia"
La historia siempre se ha interpretado como un proceso de progreso social promovido por la contraposición tradicional entre ideas e intereses, en busca de la construcción de un mundo utópico. En el siglo XX, todos los conflictos se centraron en la disputa entre el proyecto socialista y el proyecto capitalista. Con el fin del verdadero socialismo, se dijo que la historia había acabado. El historiador norteamericano Fukuyama publicó un libro con una gran repercusión, titulado El fin de la historia y el último hombre, en el que afirmaba que el mundo sólo contaría con una propuesta: la sociedad capitalista de consumo que implantaría el liberalismo a nivel internacional. Se eliminarían así los debates ideológicos y la lucha de clases. El futuro consistiría básicamente en fomentar el desarrollo tecnológico con el único objetivo de extender el consumo al conjunto de una humanidad globalizada, con un pensamiento único, neoliberal.
Cristovam Buarque, Un nuevo mundo feliz. Diccionario personal de los horrores y las esperanzas del mundo globalizado, Taurus, Madrid 2010
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