De la humiliació cínica a la humiliació cristiana (Michel Foucault).
El Roto |
El juego de la humillación cínica es interesante y (es
posible) compararlo con algo que, hasta cierto punto, derivará de él pero
cambiará sus valores, significaciones y formas: la humildad cristiana. De la
humillación cínica a la humillación cristiana hay toda una historia, toda una
historia de lo humilde, toda una historia de la infamia, toda una historia de
la vergüenza, del escándalo por la vergüenza, que es algo muy importante
históricamente y, una vez más, bastante extraño a lo que era la moral corriente
de los griegos y romanos. Y yo creo que es menester distinguir bien lo que será
la humildad cristiana –que es un estado, una actitud del ánimo que se
manifiesta y se prueba en las humillaciones sufridas- y el deshonor cínico, que
es un juego con las convenciones concernientes al honor y el deshonor, en el
cual el cínico, en el momento mismo de interpretar el papel más deshonroso,
hace valer su orgullo y su supremacía. El orgullo cínico se apoya en esas
pruebas. El cínico afirma su soberanía, su dominio a través de las pruebas de
la humillación, en tanto que la humillación o, mejor dicho, la humildad
cristiana será una renuncia a sí mismo. (275)
Clase del 14 de
marzo de 1984. Segunda hora.
Michel Foucault, El coraje de la verdad, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires
2010
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