Existencialistes

No creo haber contado aquí ese famoso chiste de los existencialistas y la reina de Inglaterra que visita Lisboa. La soberana recorría la capital portuguesa asesorada por un ministro luso. Cada vez que cruzaban ante una acumulación de chabolas, el diplomático se sentía en la obligación de explicarle a la reina: "Estos son existencialistas, majestad". Hasta que la ilustre paseante inquirió a su solícito informador:

-¿Por qué llama existencialistas a estos señores que no tienen donde vivir?

-Los llamamos existencialistas porque se empeñan en existir.


Juan Cruz, Los existencialistas de Vic, Domingo. El País, 24/01/2009

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